Antes del Viernes Santo, cuando inició la crisis final que le llevó de este mundo con la faja puesta, Jack Veneno apretó una de las manos de Paola y se despidió con la ternura que siempre le prodigó: “Mi niñita linda te amo”.
La triste escena ocurrió el jueves dos de este mes, día en que el legendario luchador prefirió que el Instituto Nacional de Cáncer Rosa Emilia Tavárez (Incart) le diera el alta médica que le permitió pasar en su hogar las últimas horas de vida en compañía de los ocho hijos que sobreviven y Gisela Bonetti, su esposa.
“Ahí fue la última conversación que sostuvimos”, revela Paola Sánchez, a quien por delicadeza no se le preguntó su edad, durante el velatorio que desde este mediodía del miércoles se le oficia en la Sala Uno de la Funeraria Blandino, de la avenida Abraham Lincoln, por donde han desfilado para darle el último adiós, deportistas, políticos, empresarios y e otros ámbitos de la vida nacional.
“Cuando entró en la gravedad, él se comunicaba con nosotros apretándonos las manos. ´Mi niñita linda´ permanecerá por siempre en mi memoria. Le doy gracias a Dios por permitirles a sus hijos despedir al ´Campeón de la Bolita del Mundo´, al campeón de nuestros corazones”, expresó.
Jack Michael, otro de los hijos de Rafael Sánchez, una figura con tasa cero de rechazo, admirado por niños jóvenes, adultos y envejecientes que convirtieron en un Toque de Queda la “Lucha Libre Internacional”, que cada sábado, al mediodía, transmitían los canales 9 y 2 de Color Visión, lo recordará como el campeón que siempre fue.
“Lo mantendré en el recuerdo como el padre preocupado por el bienestar de la familia, de sus hijos, como un padre trabajador y como el campeón que batalló hasta el final”, subrayó Jack Michael, quien hace cuatro décadas acompañó a Veneno a dar una vuelta en la pista del Estadio Olímpico en un flamante carro rojo descapotado.
Resaltó el orgullo que siempre tuvo Jack Veneno de llevar la bandera nacional como capa y los tres colores en la trusa en sus grandes combates con “Rick Flair”, “Puño de Hierro”, “El Monge Loco y “Relámpago Hernández”, “El Genio del Mal”, su último gran rival, entre otros.
“El Hijo de Doña Tatica”, fallecido en la madrugada del martes a la edad de 78 años, fue también un mercadólogo natural que disparó la popularidad y ventas de todos los productos que auspiciaron la Lucha Libre Profesional, incluidos algunos medicinales de tragos amargos.
Entre las personas que acudieron a verle por última vez y a dar el pésame a sus familiares, estuvieron el ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera; el doctor Alejandro Vargas, presidente del Tribunal Superior Administrativo; el viceministro de Deportes, Franklin De la Mota; el titular de esa cartera deportiva, Felipe –Jey—Payano, y el medallista olímpico Gabriel Mercedes.
Asimismo, luchadores de distintas generaciones, algunos enmascarados, lo cual le está dando un simpático toque a los servicios funerales de Rafael Sánchez, quien a féretro abierto mantiene su frente en alto, impecable, con su frondosa barba negra.
Entre ellos saltan a la vista “El Bronco” y “El Rayo de Nueva York”, quien vino desde Estados Unidos para despedir al ser humano que hace más de 50 años le inspiró a vincularse a este deporte-espectáculo y luego le ayudó a dar los primeros pasos.
La familia, para cumplir un deseo del ídolo de las doce cuerdas, será cremado hoy y una parte de sus cenizas será esparcida a prima tarde en el mar Caribe, frente al Parque Eugenio de Hostos, donde libró sus principales batallas en los decenios del 70 y 80.
Las restantes en el Cementerio Puerta del Cielo, donde la familia tendrá nuevamente de estar al lado del protagonista de la “Tertulia Induveca”, el principal patrocinador de uno de los más populares deportistas dominicanos de todos los tiempos.
“Hasta siempre campeón. Te recordaremos eternamente”, dice la cinta que bordea el arreglo floral verde, adornado con rosas blancas enviado por “La Familia Induveca”.