Las autoridades italianas salvaron a 51 estudiantes que fueron tomados como rehenes este miércoles cerca de Milán (norte) por el conductor del autobús en que viajaban, quien lo incendió por razones aún confusas.
«Es un milagro, podría haber sido una masacre. Los carabineros han actuado en forma excepcional, bloquearon el autobús y salvaron a todos los niños», explicó el fiscal de Milán, Francesco Greco.
El fiscal no excluyó de que se trate de un atentado terrorista.
Los 51 estudiantes, todos de secundaria, regresaban de una excursión deportiva junto con tres acompañantes adultos cuando el conductor cambió repentinamente de rumbo en la zona de San Donato Milanese y tomó a los pasajeros como rehenes.
«Nadie va a salir vivo de aquí», clamó, según contaron varios niños.
Armado con dos latas de gasolina y un encendedor, amenazó a los niños, les arrancó los teléfonos móvil y los ató con cables eléctricos a las sillas del medio.
Uno de los niños logró llamar a los padres, quienes informaron a los carabineros, los cuales intervinieron bloqueando el autobús y rompieron las ventanas traseras de manera de lograr sacar a los pasajeros antes de que el vehículo fuera invadido por las llamas.
«Debemos detener a los muertos en el Mediterráneo», exclamó el hombre, según informaron varios medios.
Una docena de niños y dos de los adultos fueron trasladados al hospital por resultar ligeramente intoxicados por el humo.
El conductor, quien fue arrestado y hospitalizado por quemaduras en las manos, tiene 47 años, tiene nacionalidad italiana desde hace 17 años y es de origen senegalés.
El hombre fue acusado por la fiscalía de secuestro de persona y masacre con finalidad de terrorismo.
«El ministerio del Interior está trabajando para ver si puede retirarle la ciudadanía italiana», informaron fuentes ministeriales sobre la aplicación de una controvertida medida aprobada el año pasado por el ministro derechista Matteo Salvini para garantizar la seguridad y frenar la migración.