Aunque la República Dominicana celebrará dos procesos electorales este año, en los sectores bancario y turístico no existe ninguna preocupación: están seguros de que la estabilidad política se mantendrá sin importar quién resulte ganador en la contienda, tal como lo aseguró ayer René Grullón Finet, vicepresidente ejecutivo senior de negocios nacionales del Banco Popular.
Al encabezar un desayuno con la delegación de periodistas que fue invitada a cubrir las incidencias de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) 2020 en Madrid, Grullón indicó que no existe miedo en torno a las posibilidades que puedan darse.
Esa confianza también existe en los representantes de las cadenas hoteleras, puntualizó Luis Espínola, vicepresidente ejecutivo de negocios empresariales e inversión del Banco Popular, basándose en las reuniones que han tenido desde el domingo pasado.
“A ellos no les preocupa el tema de las elecciones y las inversiones no están disminuyendo. Por el contrario, tenemos una lista importante de inversiones que continúan en los próximos años”, subrayó Espínola.
Junto a Grullón y Espínola encabezaron el desayuno Juan Manuel Martín de Oliva, vicepresidente de negocios turísticos; José Mármol, vicepresidente ejecutivo de relaciones públicas y comunicaciones; y Mariel Bera, vicepresidenta de relaciones públicas. También participaron Karina Vallejo, gerente de negocios turísticos; Mariel Sánchez, gerente comercial de la filial de servicios digitales; Rossana Checo, gerente de la división de eventos corporativos; y David Fuentes, gerente de alimentos y bebidas.
Respecto a Fitur, Grullón tiene la confianza de que será muy positiva y tendrá muy buenos resultados. Las 25 reuniones que los ejecutivos del Popular sostendrán durante los cuatro días de la feria son, quizás, el mejor presagio de ello.
Sobre la crisis. A pesar de que la grave crisis que vivió el turismo en el 2019 fue un duro golpe para la República Dominicana, la cartera del Banco Popular continuó creciendo hasta alcanzar los US$1,000 millones (US$800 millones en RD y US$200 millones en el Popular Bank de Panamá).
Esto fue posible porque las inversiones no se detuvieron: muchos hoteles, tras la caída de las reservaciones, decidieron aprovechar para remodelar sus instalaciones.
Gracias a ello, ahora el país cuenta con hoteles con una calidad muchísimo mayor de la que ya existía, según explicaron Grullón y Martín de Oliva, quienes señalaron que existe gran optimismo en torno a la recuperación del sector. Además, agregaron que tras la crisis se han abierto nuevos mercados dentro de Estados Unidos.
“Todo viene mejorando, hay optimismo en los grupos hoteleros con los que nos hemos reunido”, afirmó Grullón al tiempo de asegurar que las inversiones se han mantenido y en las principales cadenas sigue habiendo mucho entusiasmo de seguir trabajando con la República Dominicana.
Tras manifestar que ningún proyecto turístico se detuvo por la crisis, precisaron que las solicitudes de financiamiento han aumentado tanto en el Popular como ante el Consejo de Fomento Turístico (CONFOTUR): “estamos hablando en este año y el año que viene de más de 12 mil habitaciones”, resaltó Martín de Oliva.
Financiamiento especial. Al hablar sobre la cartera en el sector turístico, Martín de Oliva dijo que en la actualidad está dándole un apoyo específico a los proyectos que sean sostenibles e inclusivos.
“Nosotros damos condiciones especiales por poner, por ejemplo, plantas de energía solar para ser eficientes con el medioambiente; los proyectos de energía eólica. Ayudamos a hoteles y los vemos mucho mejor cuando son inclusivos, cuando hacen habitaciones y permiten que los discapacitados tengan acceso a todo el hotel; si no lo tienen lo recomendamos”.
También, agregó Martín de Oliva, que es muy importante para ellos que los hoteles sean amigables con el entorno.
Sargazo. La apuesta del Banco Popular por la sostenibilidad, señaló Grullón, le ha llevado a invertir, junto a otras empresas, US$220 millones en un proyecto piloto muy importante: una investigación para eliminar el sargazo, que están realizando en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
Tras recordar que el sargazo no solo afecta las playas, sino que produce gases de efecto invernadero, Grullón explicó que los investigadores probarán hundir el sargazo a 200 metros de profundidad en el fondo del mar para que pierda su facultad de flotar. Antes de hacerlo, sin embargo, están estudiando los efectos medioambientales que podría tener.