La indignación y el dolor iban en paralelo ayer en el sector ensanche Isabelita Segundo de Santo Domingo Este, por la violación y asesinato de la niña de 9 años, Liz María.
“A esa niña había que llevarla a la una, dos de la mañana. Esa gente no cuidaban a esa pobre muchacha”, expresó una mujer que declinó identificarse sobre el escaso control que tenían los familiares de la menor de edad.
Liz María fue reportada como desaparecida el pasado domingo y luego declarada muerta tras la confesión de Starlin Francisco Santos, conocido como “El Panadero”, quien dijo que la violó y luego de matarla hecho su cuerpo en un saco que posteriormente lanzó al mar Caribe. Los vecinos también cuestionaron el cuidado que la menor recibía en su hogar, ya que denunciaron que la niña había dicho en varias ocasiones que “El Panadero” la había manoseado.
“Yo que vivo al lado de ella, sé que le había dicho a su mamá que él la tocaba en sus partes pero su mamá no le hacía ni caso”, expresó una vecina de la menor de edad.
Dolor
En el hogar donde Liz María vivía junto a su madre, abuela y varios de sus hermanos, no hay palabras que puedan parar el llanto por la desaparición y muerte de la niña de nueve años.
A la casa de los familiares se presentaron miembros del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani), quienes se encontraban en el proceso de le vantamiento de datos sobre el cuidado que tenía la niña por parte de sus tutores.
Los vecinos incluso se apostaron frente del hogar de la niña a reclamar y a sugerirle a Conani que le quite a la madre de la menor la custodia de sus otros dos hijos.
Dentro de la casa
Según familiares de Liz María, “El Panadero”, el asesino confeso, se había convertido en una persona de confianza de la familia en los últimos dos meses.
“Venía aquí y hasta comía. Era muy amigo del papá de la niña y se portaba muy bien por lo menos con la familia”, exclamó la abuela de Liz María, identificada como Lidia.
Dijo que desconocía que la niña frecuentaba los alrededores de la casa de ese señor, mientras la madre de la menor se encontraba llorando en una esquina y clamando por justicia.
Liz María habría desaparecido el pasado domingo alrededor de las 8:00 de la mañana, cuando se dirigía presuntamente a buscar un celular que un vecino le obsequiaría.
Una cámara de videovigilancia capturó el momento en que Liz María entró al callejón donde reside su verdugo, “El Panadero”. Mientras que otro video muestra cuando el acusado sale de su residencia con una bolsa en sus manos, que alegadamente contenía en el cuerpo de la menor.
Indignación moradores
Indignación fue lo que se vivió en el entorno de la calle 10, del ensanche Isabelita Segundo, lugar en donde fue vista por última vez la niña Liz María, de nueve años de edad.
Quemando gomas y protestando los moradores del lugar demostraron su descontento con las investigaciones que están llevando las autoridades en el caso.
Los indignados residentes del sector se lanzaron a las calles de la autopista Las Américas en reclamo de justicia por la violación sexual y asesinato de la niña.
Los residentes del sector colocaron gomas encendidas a ambos lados de la referida autopista, ya que a su entender las autoridades no han realizado ningún tipo de acción en relación a este caso.
Luego de allí los vecinos se posaron en la avenida España y protestaron por varios minutos preguntándoles a las autoridades en qué lugar estarían buscando el cadáver. Al no obtener una respuesta, estos peinaron toda la zona desde ese punto hasta el kilómetro 14 ••• de la autopista Las Américas, donde señala el informe policial que fue lanzado el cadáver de la menor.
ACUSADO
Confesión
“El Panadero” admitió a la Policía Nacional que mató a Liz María, de nueve años de edad, a quien estranguló y luego procedió a colocarla dentro de un saco con piedras que posteriormente arrojó al mar Caribe, a la altura del kilómetro 14 y medio de la autopista Las Américas.
Razones
Dijo, además, que cometió el crimen porque sintió miedo de que la menor lo denunciara con sus familiares, ya que éste le había prometido comprarle un celular a cambio de que ella se dejara tocar.
Búsqueda
El cadáver era buscado en el mar Caribe, en el kilómetro 14 y medio de autopista Las Américas.