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domingo, noviembre 24, 2024

Violación y asesinato de niña de 9 años causa indignación

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La indignación y el dolor iban en paralelo ayer en el sector ensanche Isabelita Segundo de Santo Domin­go Este, por la violación y asesinato de la niña de 9 años, Liz María.

“A esa niña había que llevarla a la una, dos de la mañana. Esa gente no cui­daban a esa pobre mucha­cha”, expresó una mujer que declinó identificarse sobre el escaso control que tenían los familiares de la menor de edad.

Liz María fue reportada como desaparecida el pa­sado domingo y luego de­clarada muerta tras la con­fesión de Starlin Francisco Santos, conocido como “El Panadero”, quien dijo que la violó y luego de matar­la hecho su cuerpo en un saco que posteriormente lanzó al mar Caribe. Los ve­cinos también cuestionaron el cuidado que la menor re­cibía en su hogar, ya que de­nunciaron que la niña había dicho en varias ocasiones que “El Panadero” la había manoseado.

“Yo que vivo al lado de ella, sé que le había dicho a su mamá que él la tocaba en sus partes pero su ma­má no le hacía ni caso”, ex­presó una vecina de la me­nor de edad.

Dolor

En el hogar donde Liz Ma­ría vivía junto a su madre, abuela y varios de sus her­manos, no hay palabras que puedan parar el llanto por la desaparición y muerte de la niña de nueve años.

A la casa de los familiares se presentaron miembros del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani), quienes se encon­traban en el proceso de le­  vantamiento de datos sobre el cuidado que tenía la niña por parte de sus tutores.

Los vecinos incluso se apostaron frente del ho­gar de la niña a reclamar y a sugerirle a Conani que le quite a la madre de la menor la custodia de sus otros dos hijos.

Dentro de la casa

Según familiares de Liz Ma­ría, “El Panadero”, el asesi­no confeso, se había con­vertido en una persona de confianza de la familia en los últimos dos meses.

“Venía aquí y hasta co­mía. Era muy amigo del papá de la niña y se porta­ba muy bien por lo menos con la familia”, exclamó la abuela de Liz María, identi­ficada como Lidia.

Dijo que desconocía que la niña frecuentaba los al­rededores de la casa de ese señor, mientras la madre de la menor se encontraba llo­rando  en una esquina y cla­mando por justicia.

Liz María habría desapa­recido el pasado domingo alrededor de las 8:00 de la mañana, cuando se dirigía presuntamente a buscar un celular que un vecino le ob­sequiaría.

Una cámara de videovigi­lancia capturó el momento en que Liz María entró al ca­llejón donde reside su ver­dugo, “El Panadero”. Mien­tras que otro video muestra cuando el acusado sale de su residencia con una bolsa en sus manos, que alegada­mente contenía en el cuer­po de la menor.

Indignación moradores

Indignación fue lo que se vi­vió en el entorno de la ca­lle 10, del ensanche Isabeli­ta Segundo, lugar en donde fue vista por última vez la niña Liz María, de nueve años de edad.

Quemando gomas y pro­testando los moradores del lugar demostraron su des­contento con las investiga­ciones que están llevando las autoridades en el caso.

Los indignados residen­tes del sector se lanzaron a las calles de la autopista Las Américas en reclamo de jus­ticia por la violación sexual y asesinato de la niña.

Los residentes del sector colocaron gomas encendi­das a ambos lados de la re­ferida autopista, ya que a su entender las autoridades no han realizado ningún tipo de acción en relación a es­te caso.

Luego de allí los vecinos se posaron en la avenida España y protestaron por varios minutos preguntán­doles a las autoridades en qué lugar estarían buscan­do el cadáver. Al no obte­ner una respuesta, estos peinaron toda la zona des­de ese punto hasta el kiló­metro 14 ••• de la autopista Las Américas, donde seña­la el informe policial que fue lanzado el cadáver de la menor.

ACUSADO

Confesión

“El Panadero” admi­tió a la Policía Nacional que mató a Liz María, de nueve años de edad, a quien estranguló y lue­go procedió a colocar­la dentro de un saco con piedras que posterior­mente arrojó al mar Ca­ribe, a la altura del kiló­metro 14 y medio de la autopista Las Américas.

Razones

Dijo, además, que come­tió el crimen porque sin­tió miedo de que la me­nor lo denunciara con sus familiares, ya que éste le había prometi­do comprarle un celular a cambio de que ella se dejara tocar.

Búsqueda

El cadáver era buscado en el mar Caribe, en el kilómetro 14 y medio de autopista Las Américas.

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