(CNN) — Tres vuelos de cuatro horas sobre la selva de Campeche, en la península de Yucatán, México, revelaron una joya oculta: una ciudad perdida que probablemente fue abandonada hace más de 1.000 años.
Juan Carlos Fernández-Díaz, profesor adjunto de Ingeniería Civil en la Universidad de Houston, descubrió la ciudad en marzo durante un estudio arqueológico aéreo de la zona.
Durante la última década, Fernández-Díaz ha sido pionero en la aplicación arqueológica del LiDAR, un equipo aéreo de detección y medición de distancias por luz que puede encontrar estructuras ocultas por las densas copas de los árboles y otros tipos de vegetación, reliquias que en algunos casos revelan las huellas dejadas por una civilización perdida.
Posteriormente, los arqueólogos inspeccionaron el yacimiento, al que llamaron Ocomtún, durante seis semanas en mayo y junio. Hallaron estructuras de 15,2 metros de altura parecidas a pirámides, cerámica y grabados que, según creen, datan de entre los años 600 y 900 d.C., lo que se conoce como el periodo Clásico Tardío de la civilización maya.
«Al ver las imágenes (LiDAR), podemos observar que hay algo asombroso [pero] el verdadero descubrimiento se produce después de mucha investigación y exploración», dijo Fernández-Díaz, que también es coinvestigador en el Centro Nacional de Cartografía Láser Aerotransportada.
Aunque el LiDAR reveló la ubicación de las estructuras, el arqueólogo Ivan Šprajc, investigador de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes (ZRC SAZU), se enfrentó a un enorme obstáculo cuando él y su equipo fueron a inspeccionar la zona.
Los «rasgos peculiares» de Ocomtún
Pistas y carreteras en desuso los acercaron bastante, pero los investigadores tuvieron que abrirse paso a través de la espesa selva, utilizando machetes y motosierras para talar árboles y cortar el resto de la vegetación para llegar a lo que Šprajc describió como un «yacimiento importante».
«Cuando llegamos allí vimos que los edificios eran realmente enormes», dijo.
La civilización maya es conocida por sus templos piramidales e impresionantes estructuras de piedra que fueron halladas en todo el sur de México, en Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.
Šprajc y su equipo encontraron tres plazas con grandes edificios y un campo de juego de pelota. Explicó que se parece a otras ciudades mayas del mismo período, pero hay «ciertas características peculiares».
«Por ejemplo, tenemos varios complejos arquitectónicos muy curiosos de estructuras que están dispuestas en círculos casi concéntricos. Así que estamos tratando de adivinar qué podrían ser. Tal vez mercados», dijo.
Durante las seis semanas que duró el estudio, Šprajc y sus colegas realizaron un reconocimiento arqueológico y excavaron un pozo de prueba de 2 por 2 metros. Los fragmentos de cerámica que encontraron los ayudaron a comprender la antigüedad del yacimiento. Tienen previsto volver el año que viene para seguir investigando.
Una técnica transformadora
La tecnología de detección remota, utilizada por primera vez en la arqueología a principios de siglo, ha revolucionado este campo, sobre todo para los investigadores que trabajan en zonas densamente boscosas y difíciles de explorar a pie, como las de América Central, explicó Šprajc.
«Ahora prácticamente podemos ver a través de la vegetación», afirma.
Desde un avión o, en algunos casos, desde un dron, un sensor LiDAR rastrea el tiempo que tarda en regresar cada pulso láser y utiliza esa información para crear un mapa tridimensional del entorno que hay debajo.
«La analogía más sencilla es como jugar al tenis: lanzas una pelota a la pared, ves cómo vuelve y mides el tiempo que tarda en llegar a la pared y volver. Y como es un láser, viaja a la velocidad de la luz», explica Fernández-Díaz.
Él cartografió más de 20.000 kilómetros cuadrados de selva centroamericana y participó en 45 proyectos arqueológicos, como el descubrimiento del mayor y más antiguo templo maya cerca de Tabasco, México, y de decenas de miles de estructuras y asentamientos mayas en la selva guatemalteca.
La comprensión de yacimientos como estos puede arrojar luz sobre los orígenes de las ciudades y la vida comunitaria y sobre si los grandes proyectos de construcción del pasado requerían el apoyo de élites poderosas y algún tipo de autoridad centralizada. En el caso de la ciudad recién descubierta, aún quedan muchas preguntas sin respuesta.
Desentrañar Ocomtún
La excavación completa de Ocomtún y el conocimiento profundo del yacimiento y de los motivos de su abandono podrían llevar años. Muchos asentamientos que estuvieron densamente poblados, sobre todo en el sur y el centro de la península de Yucatán, fueron abandonados en el espacio de unos 200 años en los siglos IX y X, explicó.
Šprajc explicó que la gente pudo abandonar estas ciudades por una combinación de razones —agotamiento del suelo, sobrepoblación, depresión, sequía prolongada y guerras—, pero los investigadores no saben cuál fue la causa principal ni la secuencia de los acontecimientos.
Aunque el LiDAR ahorra tiempo en el proceso de investigación —en algunos casos, un día en el aire puede sustituir el trabajo de toda una vida de un arqueólogo sobre el terreno—, Šprajc afirma que el trabajo que lleva a cabo sigue siendo costoso.
Recaudó fondos de siete instituciones y empresas diferentes para financiar el trabajo de campo, incluidas cuatro empresas eslovenas —la editorial Založba Rokus Klett, la empresa de transportes Adria kombi, la entidad crediticia Kreditna družba Ljubljana y la agencia de viajes AL Ars Longa— y dos organizaciones con sede en Estados Unidos, Ken & Julie Jones Charitable Foundation y Milwaukee Audubon Society, así como su propia institución ZRC SAZU.
A pesar de la emoción del descubrimiento, Fernández-Díaz afirma que no es un trabajo glamuroso. No hay imágenes en directo que comprobar durante el vuelo. Tampoco hay cuarto de baño a bordo del diminuto avión.
«Es un poco como cortar el césped: ir en una dirección, girar en otra y repetir la operación una y otra vez para obtener la cobertura deseada», explicó.