Esto sucedió este lunes en Haití.
Reconocemos que cada país tiene sus leyes, pero llegar a este extremo es terrible.
Ver cómo este sujeto daña con sus pies lo que con tantos sacrificios compró ese pobre comerciante haitiano da ganas de llorar, y que conste que tienen medidas más drásticas para implementar a los que reincidan en trasladar mercancía hacia su país.