El Residencial Nuevo Horizonte, del sector Villa Ogando, en el kilómetro 14 de la autopista Duarte, donde la explosión de la caldera de la empresa Cerantra dejó dos muertos y varios heridos de gravedad, es hoy una comunidad en estado de shock emocional.
“Esta explosión iba directo para mi casa. Todos salimos corriendo”, narra Celia Ruiz, una de las afectadas, que en medio del caos y gracias a sus amplios conocimientos de enfermería, junto a Ramona Medina, logró darle los primeros auxilios a los heridos. “Saqué tres de los primeros y luego saqué tres más”, dijo Ruiz.
Y explica que varias fueron las ocasiones en las que advirtieron de este peligro a las instituciones gubernamentales, pero nadie les hizo caso.
Un reporte de la unidad de quemados del hospital Ney Arias Lora indica que hasta el momento los fallecidos son Francisco Suero y Juan Manuel García, mientras que los heridos Agustín Luquer, Rodolfo Fuente, Freddy Antonio Pérez y Franklin Martínez Romero.
Una que lo perdió todo, y que se salvó de milagro, es Lilliana Montero, que con lágrimas en sus ojos da gracias a Dios porque al momento de la explosión ni su esposo, ni sus seis hijos estuvieron presentes, pues estaban en la escuela.
“En mi casa todo está destruido y yo estoy viva por un propósito divino”, expresó Montero, que junto a su esposo Luis Medina, recogían algo de lo quedó, todavía con olor a humo.
Otro que vivió el horror de cerca fue Julián Vásquez, quien dijo: “estoy vivo de milagro”, con sus ojos aguados mientras recuerda, estaba dentro de la empresa al momento de la explosión.
“Sentí candela encima de mí. Oí mis compañeros gritando. Saqué a dos de ellos, pero la ropa se le salía con todo y piel”, relató, mientras su esposa le abrazaba y daba gracias a Dios por su vida. Explicó que unas 10 personas estaban dentro, con él.
La gigante caldera y la tapa de esta volaron por los aires, y no hubo más muertos porque chocaron con los camiones y otros objetos de la empresa de Servicios de Transporte Edgar Cordero, que está ubicada al lado de Cerantra.
Los comunitarios explicaron que de la empresa Cerantra emanaba una humareda tóxica, por lo que tiempo atrás hicieron varios reclamos ante la prensa para que la misma fuera quitada. “Nosotros trajimos a Roberto Cavada, al canal 5, trajimos a Salud Ambiental y hasta a Medio Ambiente fuimos, pero no nos hicieron caso hasta que la sangre corrió”, dijo enojada Lucía Contreras Payano.
Se quejaron de que hasta el momento nadie a ido a darles respuestas concretas , y temen que con el pasar de los días nadie se haga responsable por los daños ocasionados, por lo que los comunitarios hicieron un llamado a que las autoridades vayan en auxilio de todos los afectados, y clausuren la empresa.
Críticas al 9-1-1
Demasiadas preguntas “Ellos hacen demasiadas preguntas. Yo le hago un llamado al director del 9-1-1, que hacen muy buen trabajo, los felicito a todos, pero es mejor que las preguntas las haga una persona y los otros que accionen. Porque en lo que ellos pierden el tiempo haciendo preguntas, pierden la vidas los afectados”, dijo Ramona Medina, una enfermera residente en la zona quien logró asistir a las víctimas mientras llegaban las unidades del sistema de emergencias.