La vigilancia aguda que las personas y las naciones deben aplicar a sus actividades es importante que se haga con la mayor rigurosidad que las circunstancias lo ameriten y, una actividad que no debe quedar al margen de esta sentencia es el devenir económico y financiero en tiempos turbulentos.
No hay nada más caótico y preocupante, cuando se actúa de manera festinada, sin conocimiento de causa, por pasión, por desconocimiento, por sugerencias provocadoras, por interés de otras personas para ver el fracaso de otras, por celos, envidias, sin la debida madurez o el no conocimiento de su entorno, por la falta de un diagnóstico concienzudo de las cosas que ocurren un momento dado.
Es frecuente ver como se cometen errores garrafales ante la toma de decisiones que han de seguirse en el momento, solo por no conocerse las circunstancias que rodean los hechos que están provocando resultados negativos.
Hay actividades humanas que requieren de un análisis más sopesado o exhaustivo antes de que se tome una decisión
El dedicarle el tiempo necesario sin que este conlleve pérdida del mismo al decidir el curso de acción que ha de seguirse al tomarse una decisión, es hacer un análisis de costo-beneficio, de donde saldrá la mejor respuesta para afrontar el reto o amenaza.
A menudo se ve cómo se incurre en simples errores cuando las decisiones no son debidamente analizadas o no se estudian los efectos colaterales que pueden dar como resultado una decisión incorrecta.
Todo lo anterior es el resultado de reflexiones y hechos que no solo en los tiempos presentes han tenido cabida sino también durante el pasado remoto.
Recuérdese que el ser humano no es perfecto, por lo tanto, requiere de mayor tiempo para conocer el resultado o las consecuencias que han de suceder al tomarse una decisión que, de ser negativa, tenga que rectificarse y que de no hacerse lo más rápido posible podría ser catastrófico.
En el presente, en un marco de muchas incertidumbres o turbulencias económicas, financieras y de salubridad se requiere de mucha ecuanimidad o sangre fría.
Hoy el mundo se enfrenta a una latente inflación básica y subyacente, esta última resultado del aumento de los precios de las materias primas y la energía, debido a la falta de producción suficiente y de los grandes estímulos económicos y financieros que los gobiernos han tenido que realizar para enfrentar las alicaídas economías debido a las secuelas de la pandemia que afecta al mundo y que ahora se hace necesario recoger para enfrentar la sobre liquidez, a través de las alzas de los tipos de interés pero sin afectar de forma negativa el costo del capital que disminuya la producción y aumente el desempleo.
Los medios informativos físicos y virtuales del mundo, dan cuenta del aumento de precios de los alimentos, ropa y autos en Estados Unidos de Norteamérica, México, Argentina, España, entre otros. El índice de precios de los alimentos de la FAO, alcanza el nivel más alto desde abril de 2014.
Es digno de que se reflexione de manera sopesada, equilibrada, prudente y madura las decisiones que haya que tomarse sin que se juegue con falsas percepciones o se festinen las decisiones, sin que se hayan analizado todas variables que deben incluirse en la ecuación.
Hay muchas consecuencias negativas económicas y financieras en los últimos meses, producto de la crisis económica y de salubridad, las cuales pueden ser efímeras.
Es por ello que se hace necesario detenerse para pensar sobre las causas y posible extensión de los hechos para tomar las decisiones más acertadas, a la luz del comportamiento de la economía y las finanzas en un ciclo recesivo como en el que en estos momentos enfrenta la humanidad.
De ahí que es oportuno destacar que el gobierno dominicano que preside el Lic. Luis Abinader Corona, actúa con la sabiduría de Salomón y la paciencia de Job, al no tomar decisiones festinadas que pudiesen generar malestares innecesarios a la nación dominicana.
La política monetaria y fiscal van de la mano como mandan los textos ortodoxos de la materia económica, a los fines de evitar reacciones negativas innecesarias.
Las autoridades gubernamentales actúan de manera responsable, con criterio profesional, madurez o como verdaderos centinelas de la economía y las finanzas públicas, lo que da lugar a la estabilidad de precios básicos que presenta hoy la canasta familiar que si han aumentado ligeramente no es el resultado de malas decisiones económicas sino el resultado de la pandemia y el comportamiento económico negativo de países con los cuales la nación dominicana sostiene relación comercial.