El costo de capital, representa la tasa mínima de rendimiento que debe obtenerse a partir de las inversiones, por ello es tan importante que las instituciones públicas y privadas, conozcan el servicio de la deuda que se debe pagar por concepto de los préstamos y emisiones de deudas que financian sus inversiones.
De ahí que, una empresa debe determinar el costo de la deuda o de las emisiones de los bonos que emita, así también el costo de las acciones preferentes, el costo de las acciones comunes u ordinarias, el costo de las utilidades retenidas.
Y finalmente el costo promedio ponderado de todos esos costos en conjunto, para poder definir cuál será el rendimiento mínimo que deberá obtener ante ese costo total, rendimiento que debe ser mayor al costo total promedio ponderado, que justificará el hecho de endeudarse.
A raíz de la inflación galopante que ha afectado al mundo en los últimos años, los bancos centrales han tenido que ingeniarse para controlar el aumento sostenido de los precios, invocando o poniendo en acción las herramientas de mercado abierto, fundamentalmente mediante la política monetaria.
Estas entidades emisoras, han tenido que manejar el aumento y disminución de las tasas de interés, a los fines de poder controlar o estabilizar el incremento de los precios.
A pesar de ello, algunos países como los Estados Unidos de Norteamérica y Europa, no han podido controlar la inflación o simplemente, llevarla al rango meta que soporta cada nivel de producción o conforme su realidad económica.
Los Estados Unidos de Norteamérica a través de la Reservas Federal (Fed) o banco central de ese país, no ha logrado llevar la inflación a su meta de 2% de su Producto Bruto Interno (PIB), no obstante, haber subido la tasa de interés de política monetaria en varias ocasiones, para disminuir la cantidad de dinero en circulación y la ha bajado en su momento, para reactivar su economía y así evitar una posible recesión.
Hoy, el señor Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, toca el tema de volver a subir la tasa de política monetaria que se encuentra en un rango de 5,25% a 5,50%, su nivel más alto en 22 años y, anticipa un incremento adicional, antes de que finalice el presente año 2023, ya que la tasa de variación anual del Índice de Precio al Consumidor (IPC) acumulado, a septiembre 2023 es de 3,7%.
Esta información, trae incertidumbre a los mercados. En un reciente estudio del Banco Mundial acerca de cómo afecta el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos a las economías emergentes y economía en desarrollo, destaca que el marcado aumento de las tasas de interés en Estados Unidos durante el último año, representa una amenaza significativa para los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED).
Este estudio, destaca que el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, se ha visto impulsado principalmente por shocks de reacción, ya que la Reserva Federal ha decidido adoptar medidas más enérgicas para frenar la inflación.
Los shocks de reacción, son especialmente perjudiciales para los mercados financieros de los MEED, porque menoscaban la confianza de los inversionistas.
Esto así, ya que estos shocks de reacción incrementa el rendimiento de los bonos a 10 años de los MEED en moneda local, amplían los márgenes de riesgo soberano, según el Índice Plus de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI+) y frenan los flujos de capital. También hacen que se deprecien las monedas y caigan los precios de las acciones.
En cambio, los shocks de la economía real frente a las tasas de interés de Estados Unidos, suelen dar lugar a movimientos más benignos en los MEED. Los shocks de reacción, se asocian con una disminución significativa de la inversión y el consumo privado. En cambio, los shocks de la economía real conducen a un aumento de las exportaciones reales.
El anuncio de un nuevo aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, genera especial preocupación, porque se ve impulsado principalmente por los crecientes shocks de reacción, que pueden tener efectos financieros y económicos perjudiciales en los MEED.
Cada país, tiene su realidad y, nunca es saludable copiar o aplicar la misma receta que se aplica en otros países y más con respecto a la realidad económica que vive un país con respecto al otro, lo mismo aplica en medicina, pues una persona no es igual a otra.
En el caso de economías abiertas y, en el marco de la globalización de los mercados, lo que sucede en un país se refleja en los otros, ya que hoy se vive prácticamente en un vecindario, por el hecho de que ya no hay fronteras en el ámbito económico, político y social.
Recientemente, el Banco Central de la República Dominicana, cumplió 76 años de haber sido inaugurado y, en ese marco, su gobernador, Héctor Valdez Albizu, informó que la economía de la nación dominicana, había alcanzado un crecimiento de 3.1% en septiembre del presente año 2023.
También comunicó que la inflación se encuentra en el rango meta de 4%+-1%. El medio circulante (M1) creció 11.2%, el M2 17% y el dinero en sentido amplio, M3, 14.6%.
El sector externo, zona franca creció 0.7% y los ingresos de turismo 19.3%. Las proyecciones indican que la Inversión Extranjera Directa (IED) superará los US$4,300 millones, más de US$11,200 millones en remesas y el Producto Interno Bruto cerrará este año 2023 en 3% y, 5.2% en el año 2024.
La tasa de política monetaria se encuentra en 7.50%, sin necesidad por ahora de ser incrementada, pues la inflación se mantiene en su rango meta.
Asimismo, dio la primicia de que en el presente mes de octubre, la Junta Monetaria o máxima autoridad del Banco Central de la República Dominicana, autorizó una nueva facilidad de liquidez, ascendente a RD$40,000 millones a favor de los sectores: construcción, manufactura, exportación y agropecuaria.
Informó, que el total de ocupados o empleados alcanzó su nivel histórico más alto al registrar 4,855,631 trabajadores, en el trimestre julio-septiembre de 2023, reflejando una notable creación de 222,497 empleos en términos interanual y, la informalidad se redujo en 1.5 puntos porcentuales.
El gobernador de la entidad emisora dominicana, comunicó que la Fundación Panamericana para el Desarrollo, filial de la OEA, afirmó que el país es una luz en el hemisferio, con estabilidad democrática, estabilidad económica y desarrollo.
Como se advierte, a pesar del entorno adverso que hoy se vive, la República Dominicana se encuentra en modo de crecimiento y, si bien es cierto que los costos de capital hoy son aún altos, no menos cierto que el país puede aún sostener el nivel de endeudamiento que hoy presenta.
El buque insignia del Gobierno dominicano, que preside, Luis Rodolfo Abinader Corono, ha sido la coherencia, la ética, moral, integridad, la transparencia y el excelente uso de las finanzas públicas, que de haber sido todo lo contrario a estos valores, ante un entorno turbulento o desafiante como el que hoy aún se vive, la situación o la suerte del país hubiese sido otra.
Pero gracias a las sabias ejecutorias de la administración Abinader, el país se enrumba por senderos seguros, con mucho optimismo de que las cosas seguirán mejorando, ya que se encuentran en manos seguras, honestas, con una visión clara sobre lo que necesita el país en el corto y largo plazo, para alcanzar: pleno empleo, crecimiento y desarrollo económico y social.
Dentro de los cuatro pilares: política exterior, migración, frontera y economía, que sirvieron de base a la firma del Pacto Nacional por la crisis de Haití, entre el gobierno, 28 organizaciones políticas y 23 académicos del país, el pilar económico relativo a la alianza público-privada y la comunidad internacional se dispone incentivar y expandir el financiamiento competitivo, tanto para exportaciones hacia Haití, como el desarrollo de proyectos en esa nación.
Finalmente, República Dominicana, administrada eficiente y efectivamente por el presidente Abinader, ha logrado aminorar los impactos de los altos tipos de interés que aplica los EE.UU en su economía, debido a la alta tasa de inflación con la que aún lidia.