Con los avances tecnológicos, los consumidores se encuentran expuestos a mayores riesgos. Hoy en día, estos peligros no solo se limitan a la compra de medicamentos o a las condiciones en las que se presenta el fármaco, sino que también, se suma a estos escenarios la comercialización de productos para la salud en plataformas digitales, que hacen que la seguridad del usuario sea más vulnerable.
Aunque existen normativas e instituciones que protegen al consumidor dominicano, como la Ley No. 358-05, hay escenarios en los que es el ciudadano quien debe tomar las precauciones necesarias para evitar la compra de medicamentos falsificados o en mal estado.
Compromiso
La Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos (ARAPF) sugiere prestar atención a las siguientes recomendaciones:
• Compre en lugares autorizados. Adquiera medicamentos en farmacias o lugares con los permisos necesarios para la comercialización de productos bajo prescripción médica. En el caso de los medicamentos de venta libre u OTC, pueden ser comprados en establecimientos no farmacéuticos confiables.
• Cuidado con las compras en internet. Si bien varias cadenas de farmacias ya implantan este sistema, es importante que el comprador conozca el origen del medicamento y si el site es considerado un espacio de venta segura.
• Asegúrese del buen estado del producto. Preste atención a la fecha de vencimiento y que esta se encuentre vigente. También, es importante revisar el número de lote y que el producto no presente señales de manipulación: envase debidamente cerrado y en buen estado.
• Siempre escuche al médico. Es recomendable seguir el tratamiento según las indicaciones del especialista para lograr los resultados esperados y, al mismo tiempo, evitar que, en el futuro, se presenten complicaciones en los síntomas o enfermedades.
De igual manera, no es seguro hacer cambios en la prescripción, sin la autorización del profesional de la salud.
• Internet no puede reemplazar al doctor. Las nuevas tecnologías permiten un alcance de datos, recomendaciones y “tratamientos a seguir” que no tienen el respaldo médico.