Una niña de doce años fue detenida en el puerto de la ciudad china de Shenzhen (sur) cuando transportaba en la mochila muestras de sangre de mujeres embarazadas a la ciudad de Hong Kong, donde presuntamente se les iba a realizar pruebas para saber el sexo del bebé.
El diario independiente South China Morning Post publica la historia de esta niña que transportaba un total de 1,4 litros de sangre distribuida en 142 tubos, muestras que venían acompañadas de documentación para que solicitar pruebas de ADN y detectar si los fetos eran hombres o mujeres, una práctica que es ilegal en la China continental.
Aunque no se ha conocido hasta ahora, el suceso se produjo el pasado 23 de febrero en el puerto de Luohu en Shenzhen, ciudad fronteriza con Hong Kong.
Los funcionarios de aduanas en el puerto explicaron que comenzaron a sospechar cuando vieron a la niña cargando una bolsa muy pesada.
“La bolsa estaba muy llena, como si fuera a estallar. Así que la llevamos aparte y le pedimos que la pasara por la máquina de rayos X”, explicó un oficial.
Los documentos encontrados contenían el nombre, el número del documento de identidad, la fecha de nacimiento y la información sobre la etapa de embarazo de la donante.
Los oficiales de aduanas enviaron una selección de las muestras para realizarles pruebas y se confirmó que procedían de mujeres embarazadas.
Todas las pruebas para determinar el género de un feto son ilegales en China continental desde 2003, a menos de que un médico las apruebe por motivos de salud.
Y es que durante años, debido a la política del hijo único, miles de parejas abortaron a niñas, una práctica que es ahora responsable del desequilibrio de género existente en China, donde los hombres superan en número a las mujeres en 31,6 millones, según las últimas cifras disponibles de la Oficina Nacional de Estadísticas del país.