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sábado, noviembre 23, 2024

Está a tiempo de ponerle un alto

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Contarles historias que les hagan pensar en que todos los seres humanos, no importa la edad, cometen errores; hacerles ver que lo que les han contado es algo que puede ocurrir, y tratar de responder con mesura, sin entrar en pánico ni asombro ante las interrogantes que hagan, son consejos que permiten ayudar a los menores de edad a dejar la pornografía y a no frustrarse por haber hecho uso de ella.

Estas consideraciones se ofrecen a propósito de que el consumo de pornografía ha experimentado una alta incidencia debido al desarrollo de la tecnología y el decaimiento de los valores morales.

“Ahora el acceso es tan simple que es raro que haya niños que no hayan sido expuestos a ella”, asegura Blas Valenzuela, psicólogo infantojuvenil.

Dice que es cierto que a través de la web se puede encontrar un sin número de herramientas, recursos educativos y de entretenimiento, pero ¿qué pasa cuándo nuestros hijos/as acceden a una página que no está hecha para personas de su edad, tal y como sucede con las páginas pornográficas? Se estima que uno de cada tres usuarios de Internet es menor de edad, y que el inicio de contacto con contenido sexual a través de la web ronda los 10 u 11 años.

“Hay que destacar que en la mayoría de los casos, los niños/as tienen acceso a contenido sexual antes de que en la escuela o sus hogares les ofrezcan educación sexual. Esto crea ideas equivocadas e irreales sobre el sexo, los roles de género y puede incluso afectar la autoestima”, cometa el especialista.

Resultados
Según Valenzuela, a través de la pornografía, los menores creen que el sexo tiende a ser violento, con escasa o nula intimidad, que los cuerpos deben de ser musculosos y esbeltos (en el caso de los chicos) o delgados y con curvas (en el caso de las chicas), que en las relaciones sexuales es el hombre el único que debe de recibir placer, ya que es quien mayor control e iniciativa puede tener, dejando a la mujer en una postura sumisa y complaciente.

Con este tipo de acciones, pueden ver que la mujer suele ser valorada solamente por su físico.

“La pornografía tiende a ser un modelo irreal que pretende indicarnos qué hacer y cómo vernos, nos hace insensibles a los riesgos de grabarnos y tirarnos fotos desnudos/as, o incluso grabar a otros, sin tomar en cuenta la importancia de la confidencialidad, el consentimiento y la intimidad”, explica el psicólogo infantojuvenil del grupo Psicológicamente.

RIESGO
Señales equivocadas
Advertencia.

La pornografía normaliza el comportamiento violento hacia la mujer, creando ideas confusas.

Malos ejemplos.

Los chicos también se ven afectados, ya que la pornografía se basa en estereotipos y roles asociados directamente con la sexualidad masculina.

Tomar en cuenta.

La pornografía en su mayoría es sin duda irreal y no nos sirve de guía para el sexo.

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