La vida de Ingrid Gómez luce en plenitud en las redes sociales. Comunicadora, “coaching”, mujer de éxito, con programas de radio y televisión… Hija de padres de clase media alta y poseedora de una hermosa familia, con esposo e hijos. Sin embargo, es el resultado de un proceso de autoestima de más de 25 años de conocerse, valorarse y amarse a sí misma.
No le teme hablar de su experiencia en las relaciones amorosas para explicar de qué se trata la conferencia “Entrenando para el amor con humor”, que junto a Gabi Desangles y Diana Filpo ofrecerá este sábado 29 en el Hotel El Embajador, a las 4:00 de la tarde.
Para llegar al punto, la comunicadora hace un viaje y retrocede a sus 21 años cuando, sin conciencia alguna de lo que era un matrimonio, decidió casarse. Dice que, en ese momento no tenía ni idea de lo que enfrentaría, y aun le cuestiona a su madre cómo le permitió contraer matrimonio tan joven, pero su progenitora siempre le responde que ella estaba muy enamorada.
Su odisea no fue solo enfrentar un matrimonio a esa edad. Entre las adversidades que vivió tuvo que irse a residir a Puerto Plata, lejos de su familia, y por ese motivo su esposo le sugirió que dejara la universidad, petición que aceptó sin reclamos.
“Siempre me pregunto cómo permití esa imposición de no ir a la universidad. Cuando mi exesposo me lo propuso, simplemente dije que estaba bien”, recuerda.
Pasaron los años, tiempos duros para ella, y regresó a la capital a los 28 años de edad, divorciada y con un hijo en brazos.
“Me sentía vieja, etiquetada y fracasada porque en mi familia el divorcio no era aceptado y regresé a mi familia con 28 años buscando mi propia identidad”. En esta búsqueda se suma a trabajar el negocio “Desde el Medio Tour”, de su hermano Edwin Gómez (fallecido). También forma parte de la nueva generación de jóvenes comunicadores que encontró espacio en los canales de televisión Amé 47 y Mango TV, propiedad, en ese entonces, de Juan Luis Guerra.
Aquí descubrió su gran pasión por la comunicación y se dio la oportunidad de seguir experimentando en el amor pero con muchos tropiezos. En esos momentos el destino la sorprende a Ingrid con la muerte de su hermano. “Y mi vida se fue al piso, y es después de mucho coaching, oraciones, crecimiento que empecé a sanar y a crecer”.
Pero es luego, que viviendo en Puerto Rico comienza un proceso de crecimiento y de despertar, de reconocer las equivocaciones dando palos a ciega en el amor. “Hasta que me di cuenta que no eran los hombres, que el problema era yo. Que era momento de madurar y ahí entendí que las parejas que llegan a nuestras vidas están directamente proporcionales a nuestra autoestima. Que dependiendo del nivel del amor propio es la pareja que llega a uno. Si tenemos una baja autoestima, así será la mala calidad de la relación. Mientras más bajo nuestro autoestima menos suerte vamos a tener en el amor”, sostuvo la comunicadora. Lista para enfrentar la vida encontró al hombre de su sueño “y me convertí en la mujer de mi sueño”.