Aunque parezca novedoso, desde hace varias décadas se ha iniciado la práctica de realizar una evaluación genética y hacer recomendaciones nutricionales específicas acorde a los resultados. Existen grupos como “Nutrigenomix”, “Habit” o “Profile Precise” que plantean y venden protocolos de evaluación individualizada para determinar cuál es el mejor patrón dietético.
Nutrigenética, es el término utilizado para establecer la asociación entre algunos nutrientes y las distintas variantes genéticas. ¿Podrían revisar mi ADN y dependiendo de los hallazgos, realizar una pauta nutricional especializada? ¿Existen alimentos que debería evitar en función de mi código genético? ¿Tiene la pérdida de peso relación con alimentos en específico?
Estas son algunas de las preguntas que intenta resolver este abordaje, donde en enfermedades como el cáncer, este apoyo promete resultados favorables, así como, en la prevención de enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus y enfermedad grasa del hígado.
Los estudios científicos sugieren que nos encontramos mirando al futuro, resaltando que la evidencia obtenida sigue siendo poco significativa para utilizar esta forma de manejo nutricional por sus grandes limitaciones. La obesidad, un problema mundial de salud, tiene causas multifactoriales donde la genética representa una variable más a considerar.
En febrero 2018, Gardner y algunos colaboradores, publicaron en JAMA (siglas en inglés de Journal of American Medical Association) un estudio de 609 participantes, donde se compararon distintos abordajes nutricionales para pérdida de peso (bajo en hidratos de carbono versus bajo en grasas) encontrando que no hubo ninguna diferencia en la pérdida de peso obtenida, ni tampoco en las variantes genéticas identificadas.
En septiembre, algunas empresas (como “Nutrigene”) han propuesto el análisis genético para una adecuada suplementación de vitaminas. Hoy sabemos que el uso de suplementos se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos sin ofrecer beneficios reales a sus consumidores cuando no requieren tal suplementación.
Nos encontramos ante una propuesta ambiciosa, pues la genética y su impacto en la nutrición tienen una relación real y compleja. La información con la que ahora contamos para realizar análisis genético y relacionarlo con un perfil nutricional sigue siendo pobre, con limitaciones para la generalización de las recomendaciones, por lo que deberá ser conservador al momento de involucrarse en alguno de estos programas.