Por: Manuel Raffo Cordero M.Phil-Soc
En tiempos pasados existían en Dajabón expresiones numerosas de las artesanías tradicionales estas eran herramientas agrícolas, ropa y artículos para adornar las casas así como también artículos de cocina. Entre todo aquello brillaban, destacándose, las artesanías de jigüeras de distintos tamaños, cucharones y bateas de madera, sillas de baitoa con cuero de chivo entre muchas otras variedades diferentes. Objetos que pudieron utilizarse para educar, eran meros productos que se vendían en los días de feria de la provincia y sus alrededores.
La artesanía tradicional constituye quizás la más tangible de las manifestaciones intangibles de la herencia cultural. A lo largo de años ya lejanos, se realizaron exhibiciones de artesanía en la región, incluida la provincial dajabonera. Pero aquello tenía la única finalidad de destacar su existencia más que la capacidad de su creadores. En incontables ocasiones se enfatizaron muchas cosas, menos la preservación de los objetos y la tradición de su fabricación. No se impulsaba la motivación del arte y sus creadores a los fines de pasar ese conocimiento a las siguientes generaciones de las comunidades.
Muchos de aquellos objetos también se exhibían en las fiestas patronales, cuando no existía aún el afán de traer cantantes y orquestas a un tipo de actividad en la que era costumbre el palo ensebao, la competencia de comer marifinga calientísima con las manos, y las carreras de sacos.
Se podía apreciar la destreza adquirida para la creación de objetos producidos con gran detalle y delicada precisión. La creación de artículos de la vida cotidiana como árganas y aparejos eran obras de arte. Una serie de componentes estaban implícitos en esos objetos, tradición y conocimiento pasado de una generación a otra. Pero lo cierto es que el estado de la tecnología en ese momento mandaba a que se vieran como simples elementos para la vida diaria.
Como otras formas de la herencia cultural, la globalización puso retos significativos a la sobrevivencia de esas formas de arte tradicionales. Los aparejos y las árganas dejaron de ser objetos de la cotidianidad como eran antes, pues los animales de carga fueron sustituidos por motocicletas que no necesitan tales artilugios. El mundo se fue anchando y por esa brecha se fue perdiendo el pasado en su tránsito imparable hacia el olvido.
Hasta otra entrega amigas, amigos.
El autor es dajabonero