Esto significa que las parejas deben plantearse metas y diseñar planes estratégicos para lograr conseguirlos
En un año la vida de una pareja cambia, en ocasiones de manera drástica, ya sea por un embarazo, nacimiento de un hijo, de manera laboral o académica, expresa la terapeuta sexual y de pareja, Heidy Camilo. Vivir en pareja trae consigo muchos desafíos. Los conflictos son difíciles, pero necesarios, pues son inevitables y la resolución adecuada de los mismos fortalecen la relación. “Muchos suponen que la convivencia es sinónimo de vivir en un cuento de hadas por lo que postulan vidas perfectas e irreales en redes sociales como Instagram, cuando en verdad viven otra realidad”, dice.
Según la terapeuta sexual, la vida de pareja pasa por varias etapas, cada una mueve el “piso” de la relación. Es decir, se enfrenta situaciones difíciles que ponen a prueba la capacidad de resolución individual, debido a que en la relación, cada miembro aporta, desde su personalidad y sistema de creencias, el cómo se pueden resolver las cosas.
Planteamiento de metas
Para Camilo, las personas al iniciar un año nuevo suelen hacer una lista de metas individuales, que van desde lo académico hasta lo laboral. Pero, es que muchas relaciones de pareja no se plantean objetivos en conjunto, lo cual se traduce con el tiempo en un alejamiento de la vida relacional. “Las parejas deben plantearse lo que quieren lograr y aprender a diseñar planes estratégicos para poder conseguirlo”, comenta la especialista.
Revisar los temas conflictivos desde la asertividad, significa que las parejas deben evaluar las problemáticas que enfrentaron durante el año que pasó y buscar las nuevas alternativas de resolución.
“El ritual del matrimonio equivale a hacer acuerdos, los cuales deben ser estudiados cada año, ya que suponen nuevas etapas que deben ser enfrentadas desde el buen trato. Mientras que si la relación ha sufrido algún tipo de desacuerdo, se debe trabajar de manera individual y relacional para aprender a vivir con igualdad dentro de las diferencias”, puntualiza.
Además, sostiene que tener nuevos comienzos es aprender a perdonar, a instruirse a través de errores cometidos y a reconectar con los elementos que hicieron que se enamoraran. “Sin embargo, no significa olvidar, puesto que eso es imposible. Al olvidar se corre el riesgo de volver a cometer los mismos desaciertos. Perdonar es recordar sin dolor; toma tiempo, pero se puede lograr”, explica.