Aunque tiene múltiples ventajas, su adicción puede provocar un estado de desequilibrio mental
Tener a nuestros padres como “amigos” en las redes sociales, que sigan páginas en Instagram, intercambien mensajes en WhatsApp, se entretengan mirando videoclips o tutoriales en YouTube, ya no es una sorpresa. Con el auge de la tecnología, no sólo los jóvenes usan celulares inteligentes para acceder a información útil o entretenerse en tiempo de ocio. El también ‘boom’ ha enganchado en el mismo “barco” a muchos adultos mayores.
La psicóloga del centro Ser Para Actuar, Denisse Reyes, explica que las personas mayores de 65 años también tienen necesidades y demandas similares a las de las generaciones jóvenes: requieren tecnología útil, funcional, fácil de manejar y significativa. “Esta revolución no excluye a los adultos mayores, pues el teléfono inteligente se volvió un medio de comunicación primordial y, para muchos, la principal vía de entretenimiento por los diferentes atributos que posee, pues un solo aparato es a la vez televisión, radio, teléfono, reproductor de música, consola de juegos, despertador, brújula, calculadora… Además provee acceso a internet y a redes sociales”, comenta.
El uso del smartphone, según Reyes, permite aumentar la autonomía en edad avanzada, por lo que se considera un factor protector contra una vejez decadente, ayudando al adulto a superar el miedo a la soledad y al aislamiento de sus familiares.
“Por estas razones, en internet se han creado espacios especiales para este grupo de edad, con la finalidad de desarrollar las relaciones interpersonales y el contacto con su entorno. También fomenta las relaciones intergeneracionales, ya que los de la tercera edad descubren intereses comunes con sus familiares más jóvenes, permitiéndoles pasar momentos agradables”, señala la especialista. Agrega, que otras ventajas que obtiene un adulto mayor, es que puede entrar en contacto con amigos y familiares a distancia, participa en redes sociales, escucha música, ve películas, etc. Al estar conectados tienen mayores posibilidades de solicitar ayuda en caso de necesitarlo, lo que da la sensación de sentirse acompañados.
Resistencia y motivación
Una parte de los adultos mayores muestran resistencia a la tecnología, desinterés por aprender sus nuevos conceptos (ya que muchos no lo consideran necesario) y tienen el temor de dañar aparatos costosos, por eso no les intesa tener uno de ellos. Sin embargo, la psicóloga dice que hoy se están desarrollando programas dirigidos a las personas de la tercera edad tales como: rehabilitación cognitiva o ejercicios mentales, GPS para pacientes con deterioro cognitivo, calendario de citas, control de presión arterial, pulso y glucosa, atención de emergencias, monitor de medicación y de actividad física, entre otros. Asimismo, se están desarrollando equipos móviles adaptados para adultos mayores, con letras más grandes y pantallas más luminosas.
“Es muy importante destacar que los adultos mayores han sido capaces de incorporar nuevos conocimientos a lo largo de sus vidas, lo mismo hay que hacer con las nuevas tecnologías. Es solo cuestión de tiempo, interés y perseverancia. La edad no es una barrera, por tal razón es recomendable que los familiares apoyen y motiven a los adultos mayores a aprender nuevos conceptos y no los ridiculicen. Si no comprenden algún concepto, tener paciencia y empatía a la hora de asesorarle e involucrarles en conversaciones y acontecimientos actuales”.
Desventajas
A pesar de que los teléfonos celulares son de gran ayuda en estos tiempos, Reyes destaca que no se puede dejar de mencionar que la medicina ha encontrado una relación significativa en algunas afecciones orgánicas por la exposición prolongada a su pantalla como: dolores de cabeza constante, sensibilidad en el cuero cabelludo, molestias detrás de los ojos y rigidez de la columna asociada a mareos.
Igualmente, cuando una persona se vuelve adicta al móvil y este se le extravía, tiene la batería agotada o se le olvida en algún lugar, experimenta una sensación de soledad que le incomoda profundamente, mostrando la carencia de la capacidad de acompañarse a sí mismo. A nivel psicológico, los aspectos negativos que pueden surgir por el uso prolongado de un teléfono inteligente, es que crea la necesidad de estar continuamente conectados con el resto del mundo, olvidándonos de lo que nos rodea. Además, distraerse puede llevar a la persona a sufrir percances, ya sea en la casa o en la calle, puntualiza Reyes.
Por igual, estas pantallas, cada vez más pequeñas obligan a las personas a mantenerse en la misma postura durante mucho tiempo, y eso hace que el músculo no se oxigene, provocando así grandes molestias.