La cantante de country Kacey Musgraves reinó en la 61 edición de los Grammy con cuatro premios, incluido mejor álbum del año («Golden Hour»), en una gala histórica para Childish Gambino, ganador de otros cuatro galardones, y para la latina Cardi B, primera mujer en llevarse el mejor álbum de rap.
Musgraves, tejana de 30 años, sorprendió a propios y extraños con su victoria en la categoría reina de la velada, aunque para entonces ya había cosechado triunfos en los campos de mejor álbum de country, mejor canción de country («Space Cowboy») y mejor actuación individual de country («Butterflies»).
«Es increíble», confesó Musgraves sobre el escenario del Staples Center. «Estoy rodeada de álbumes gigantes… Es una locura haber ganado, pero estoy muy agradecida. Esto no me hace mejor que los demás», indicó la artista.
Gambino, el seudónimo por el que se conoce a Donald Glover, fue el otro gran nombre de la jornada con sus victorias en las categorías de mejor grabación del año, mejor canción del año, mejor actuación de rap y mejor vídeo, todas ellas por el imponente e implacable «This is America».
El músico hizo historia al conseguir que, por primera vez, un tema rap se alzase con la victoria en el campo de mejor canción del año.
Sin embargo, el artista ni actuó ni asistió a la gala.
Lady Gaga brilló con luz propia gracias a sus tres gramófonos en las categorías de mejor actuación pop individual («Joanne»), mejor actuación pop de un dúo o grupo y mejor canción escrita para un medio visual, ambos por «Shallow».
«Estoy muy orgullosa de ser parte de una película que aborda los problemas de salud mental. Muchos artistas los sufren. Si lo veis en alguien, no retiréis la mirada. Si sois vosotros quienes los sufrís, aunque sea duro, tratad de encontrar el coraje y decidlo», dijo Gaga, que aspira también al Óscar como mejor actriz por «A Star is Born».
Una noche inolvidable resultó también ser para Cardi B, que brilló con su actuación y en su discurso de aceptación del trofeo al mejor álbum de rap, por «Invasion of Privacy».
«Estoy muy nerviosa», confesó. «Igual debo empezar a fumar marihuana», agregó entre risas.
La ceremonia vio las actuaciones de Shawn Mendes y Miley Cyrus («In My Blood»), Kacey Musgraves («Rainbow»), un espectacular número a cargo de Janelle Monáe («Make Me Feel»), Red Hot Chili Peppers y Post Malone («Stay», «Rockstar» y «Dark Necessities»), H.E.R. («Hard Place»), una juguetona Cardi B («Money»), Alicia Keys (versionando con dos pianos algunas de sus canciones favoritas), Dan+Shay («Tequila») y Diana Ross («The Best Years Of My Life»).
Después fue el turno de Lady Gaga («Shallow»), Travis Scott («Stop Trying to Be God»), Jennifer López homenajeando a la Motown junto a Smokey Robinson («My Girl») y Ne-Yo («Another Star»), Brandi Carlile («The Joke»), Chloe X Halle («Where is the Love») y Dua Lipa con St. Vincent («Masseduction», «RESPECT» y «One Kiss»).
Además, hubo un gran homenaje a Dolly Parton, que compartió escenario con Katy Perry y Kacey Musgraves («Here You Come Again»), Miley Cyrus («Jolene»), Marren Morris («After the Gold Rush») y Little Big Town («Red Shoes»), antes de reunir a todos ellos para cantar «9 to 5».
Y la gala, que duró tres horas y 40 minutos, echó el cierre con un tributo a la difunta Aretha Franklin por parte de Andra Day, Fantasia y Yolanda Adams.
Otros momentos destacados llegaron con el premio a la mejor canción rap («God’s Plan», de Drake), el premio al mejor álbum R&B (H.E.R., «H.E.R.») y mejor nuevo artista (Dua Lipa), aunque pocos lograron la conexión con el público que la suscitada por el número inicial protagonizado por la cubana Camila Cabello.
Cabello, en una actuación que parecía extraída de los Grammy Latino, cantó «Havana» acompañada por Young Thug, Ricky Martin, Arturo Sandoval y J Balvin, a quien se le pudo ver con un periódico que rezaba: «Construyan puentes, no muros».
Únicamente una presencia tan magnética como la de la ex primera dama estadounidense Michelle Obama eclipsó ese fastuoso arranque.
Obama, acompañada por Jennifer López, Lady Gaga, Jada Pinkett Smith y Alicia Keys, presentadora de la gala, aseguró que la música ayuda a la gente a compartir «su dignidad, sus tristezas, sus esperanzas y sus alegrías».
«Nos permite escucharnos los unos a los otros. La música muestra que todo eso importa: cada historia en cada voz, cada nota en cada canción», finalizó.