La primera vez que Víctor Wail cobró por cantar, en un escenario, fue junto al grupo Tino Peña y su combo de salsa, de su natal Baní (1974), y obtuvo unos 15 pesos por el pago, con los que compró un par de zapatos, ya que ese día lo hizo con unos calzados prestados porque no tenía.
De ese tiempo acá fueron muchos los sueños alcanzados por el popular arreglista, compositor, músico y cantante de salsa, quien falleciera la mañana de ayer, en su residencia y estudio de grabación, ubicado en el ensanche Luperón. Tenía 65 años de edad.
En abril del año pasado, Víctor Manuel Pérez, como era su nombre de pila, fue declarado Hijo Meritorio del municipio de Baní, de acuerdo a una resolución que, a unanimidad, aprobó el Concejo de Regidores. La autora de la propuesta, la concejal Mabel Castillo, destacó que Víctor Waill se había convertido en un modelo y ejemplo a seguir por los jóvenes banilejos. Y es que en sus más de 40 años de vida artística el músico dominicano se destacó por un trabajo íntegro y profesional, teniendo el reconocimiento de haber creado un estilo de la salsa dominicana contemporánea.
Su trabajo como arreglista y compositor de este género marcó una época de gloria y éxito en la música criolla. Con sus arreglos musicales fue el impulsor del despertar de la nueva salsa, en momentos en que este género languidecía por el mundo, fue el dominicano Víctor Waill quien la edificó con nuevos colores, dando paso a una nueva generación de exponentes y a una flamante etapa en la historia de la salsa. Así que la cronología de la salsa en el mundo, tiene sus capítulos en República Dominicana y el más vasto, exitoso e importante lo escribió Víctor Waill.
Unidad
Su mística de unidad la dejó plasmada en 2017 cuando unió a un importante grupo de salseros del país y otros invitados, y grabaron el tema “Somos la salsa dominicana”. En este disco, además de él, cantan Sexappeal, Michel El Buenón, Alex Matos, La Chiquito Team Band, Asdrúbal y Revolución Salsera, entre otros.
El éxito de su trabajo como arreglista de este género fue tan vasto que desde el año 2013 la Asociación de Cronistas de Arte, (Acroarte), dedica un segmento a la salsa, como parte de la producción de los Premios Soberano. Además de los reconocimientos que desde hace años reciben sus intérpretes, él fue distinguido con varias estatuillas por su trabajo como arreglista.
El maestro
“El maestro”, así le llamaban como señal de respeto. Tocaba el bajo y el piano. Profesionalmente se inicia cantando merengue con la orquesta de Wilfrido Vargas gracias a su potencial que exhibía en el escenario. Con Wilfrido grabó el merengues Enrique Blanco” junto a Vicente Pacheco. La balada “Amigos míos me enamoré” y sus primeras salsas “Sansón batalla” “Charo, charo” y “Cachita”.
“Hoy mi alma se siente lacerada al enterarse de la triste partida terrenal de mi hijo Víctor Waill. Contigo se va una etapa importante de Los Beduinos, donde llegaste henchido de emoción y te convertiste en un miembro prestigioso, no solo de la agrupación, sino de nuestra familia. Tu voz romántica tiene presencia hoy al recordar los hermosos momentos musicales que pasamos juntos. Ve con Dios mi querido Víctor”, escribió Wilfrido Vargas en su cuenta de Instagram al enterarse de la noticia. Al momento de su muerte Víctor Waill residía en la que fuera la casa de la madre de Wilfrido, en donde tenía su estudio de grabación y en donde falleció. Fue el hermano de Wilfrido, Luis Báez, quien lo encontró sin vida, cuando lo extrañó, el lunes en la mañana, al no bajar a comprar café donde siempre lo hacía.
Su carrera
Luego continúa su carrera y forma parte del grupo de “La esencia dominicana”, del maestro Sony Ovalles, quien deja el grupo y Víctor se encarga de este, inclusive de sus arreglos musicales.
En esta etapa formó parte de la orquesta de Félix del Rosario.
Después marcha a Estados Unidos en donde continúa ampliando sus conocimientos musicales y trabajando a la vez.
En los 80 mantuvo su orquesta, interpretando merengue y salsa. Los álbumes “Esencia dominicana” (1980) y “Quién será el abusador” (1981) le dieron alto reconocimiento.
En la década de los 90, con el auge de Bachata Rosa de Juan Luis Guerra y bajo el sello Kubaney Records, crea “Víctor Waill y su grupo Panela” y graba la exitosa y hermosa bachata “Diptongo de amor”. También residió en Caracas, Venezuela, donde fue vocalista de la orquesta venezolana La Amistad y con la banda del dominicano Porfi Jiménez.
Se convirtió en el arreglista por excelencia para salsa, bachata y merengue.
Su talento también se destacó en el merenhouse ya que para el grupo Ilegales trabajó en la música de éxitos como “La morena pide más”, “Una copa de licor” y “Tu recuerdo”.
“Hoy se me entristece el alma al enterarme de la partida de nuestro querido maestro Víctor Waill; como sabe, el maestro fue la persona clave en mi carrera y en mi vida, siempre estaba aconsejándome corrigiéndome “Gladimir” así me decía. Siempre en búsqueda de la perfección. Sus grandes aportes en la música son incalculables. Su legado perdurará en el tiempo”, le escrbió Vladimir Dotel, líder de Los Ilegales.
Éxitos.
Uno de sus primeros logros en la salsa dominicana fueron: “Extrañándote”, el hit salsero que grabaron Michel y Rubby Pérez. Alex Matos, Asdrúbar, Ruth la cantante, Noemi Mieses, Danaes, Edwin el futuro de la salsa, Jehu el rey, Yanfourd, David Kada, Félix Manuel, entre otros.
Su deseo.
“Quiero pedirle a los salseros compañeros que cuiden la terminación de las canciones, su lírica, sus interpretaciones, que piensen que estamos compitiendo con Colombia, Venezuela y Puerto Rico, que hacen un gran trabajo y hay que cuidar como nunca nuestro trabajo”.