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lunes, noviembre 25, 2024

Tres de café, dos de azúcar y mucha salsa

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Por un capricho del dictador Rafael Leonidas Trujillo, Johnny Pacheco llegó a vivir al frío Nueva York a los 11 años edad, sin imaginarse que con el tiempo se convertiría en un Rey Midas de la música latina, en padrino de numerosos cantantes, promotor de la cultura y creador de un revolucionario ritmo tropical: la salsa.

Su padre, Rafael Azarías Pacheco, dirigía en los años 40 del siglo XX la Orquesta Santa Cecilia y a Trujillo se le antojó cambiarle el nombre a Orquesta Presidente Trujillo, lo que el director no compartía. Ante su renuencia, amigos le recomendaron irse del país porque enfrentar al dictador era jugarse la vida, y eso hizo: la familia Pacheco Knipping hizo maletas a Nueva York. Desde entonces allí vivió Johnny Pacheco hasta la hora de su muerte, ayer lunes, a la edad de 85 años.

Tras su llegada a Nueva York, Johnny entró a estudiar percusión en la prestigiosa Escuela Julliard, cultivando la poca experiencia que traía desde Los Pepines, en Santiago de los Caballeros, donde nació el 25 de marzo de 1935, bajo el nombre de Juan Azarías Pacheco Knipping.

El mejor juguete
Cuando cumplió siete años su padre le regaló una armónica, instrumento con el que interpretó el merengue “Compadre Pedro Juan”, recordaba en las entrevistas.

“Nací en una familia de cinco hermanos, cuatro varones y una hembra, y mi padre dijo que el único que iba a ser músico era el más chiquito porque los demás son sordo”, comentó hace unos años.

Su padre no se equivocó. Talvez se quedó corto porque su hijo se convirtió en el primer músico dominicano de trascendencia internacional.

“Nunca pensé que iba a llegar tan lejos, uno nunca sabe hasta dónde va a llegar”, dijo en una entrevista televisiva hace tiempo.

Con su muerte, luego de enfrentar una pulmonía, Pacheco deja un legado histórico en un género tropical como la salsa que se difundió por el mundo a ritmo de sus pasos, al sonido de los instrumentos que introdujo y al calor de generaciones que la mantienen en vilo y en perenne fiesta.

Sus logros
Su sello en la salsa queda en muchas acciones históricas, entre ellas en 1963 fundó junto al abogado italoamericano Jerry Massucci la compañía discográfica Fania Records, que aglutinó por décadas a los músicos latinos del momento.

Como fundador de la famosa banda Fania All Stars impulsó las carreras de Celia Cruz, Rubén Blades, Pete “El Conde” Rodríguez, Héctor Lavoe, Eddie Palmieri, Héctor Casanova, Ray Barreto, Willie Colón y Bobby Valentín, entre otros, que descollaron hasta el estrellato.

Para llegar a lo que se denomina salsa, Pacheco formó parte de grupos musicales en Nueva York, y en 1960 fundó su propia orquesta Johnny Pacheco y la Charanga. En 1964 cambió a Johnny Pacheco y su Tumbao.

Su atracción por la charanga tuvo orígenes en su natal barrio de Los Pepines.

Durante su niñez, su madre, Octavia, sintonizaba las novelas de la radio cubana y luego la emisora sonaba danzones.

“En la radio cubana escuchaba a Arcaño y sus Maravillas a tocar sus danzones con la flauta, ahí vino la inspiración por la flauta, además de la Orquesta Aragón y la Orquesta América, que eran los que estaban bateando en Cuba”, recordaba sobre sus influencias.

En la niñez y la adolescencia, aprendió a tocar al menos cinco instrumentos: armónica, violín, clarinete, saxofón, acordeón, percusión, hasta que se dedicó a la flauta, su instrumento favorito. A lo largo de su carrera, Pacheco fue autor o parte esencial de salsas emblemáticas como “La dicha mía”, “Quítate tú pa’ ponerme yo”, “Acuyuye”, “El faisán” o“El rey de la puntualidad”.

También acuñó la frase “tres de café y dos de azúcar”, la receta para hacer un buen café y un lema artístico que lo distinguió.

La clave de su música la definía así: “Es que tiene un saborcito muy distinguido, es una música muy sencilla y tiene un buen ritmo; yo pienso en el bailador y esa es mi manera de tocar, le toco al bailador y también lo pongo de una manera que quien no sepa bailar lo sepa disfrutar”.

República Dominicana le rindió varios homenajes durante su vida, entre ellos la entrega del principal galardón de Premios Casandra en 2009.

En 2014 se organizó en el hotel Jaragua de Santo Domingo el evento “Yo soy la salsa”, producido por Andrés van der Horst Jr., que fue filmado como parte de un documental sobre la vida del mentor de La Fania hace 50 años, junto al italiano Jerry Macucci.

HISTORIA

Condecoración.
LoEn 1996 el gobierno dominicano (Joaquín Balaguer) lo condecoró con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella.

Congreso.
En 2009 recibió un reconocimiento especial por parte del Congreso dominicano. El Banco de Reservas también conservó su música con un disco de colección.

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