Johnny Ventura, que este jueves cumple el primer año de su sentida partida, sumó 106 álbumes en sus más de 60 años de carrera musical en 81 años de vida, tiempo en el que grabó más de 800 merengues, ritmo en el que puso su alma, aunque también grabó salsa, boleros, boogaloo y otras de sus creaciones rítmicas.
En 1962 grabó su primer disco “La agarradera”, con la orquesta de Luis Pérez, el que incluía el merengue “Cuidado con el cuabero”, siendo este el primer tema en promocionarse del artista.
Para 1964, Ventura había recorrido algunas agrupaciones y aun perteneciendo en la orquesta San José de Papa Molina debutó el 4 de febrero de 1964, con su Combo Show. Fue en una fiesta en donde confidencialmente tocaron las dos agrupaciones.
En el Combo Show Johnny tenía una actuación más destacada, y para cantar con la Orquesta San José se cambiaba de uniforme y su imagen era menos visible porque Vinicio Franco era el cantante principal de esta orquesta.
El primer álbum musical de El Combo Show fue grabado en 1965 titulado “Figurando”. Para el 1966 logra su primer viaje fuera del país con su grupo a Venezuela. El dominicano Billo Frómeta lo presenta el país suramericano. Frómeta quien tenía en Venezuela La Billo´s Caracas Boy lo firma para su sello Fonografic, con la que graba tres producciones. Luego el cubano Mateo San Martin, lo firma para la disquera Kubaney.
Después de “Figurando”, Johnny graba los álbumes “Siempre pa´lante”, “El Turun, tun, tun”, “Noches en Quisqueya”, “Siempre en órbita” y otros más.
Durante la década del 17 Johnny Ventura graba más de 25 álbumes, entre ellos “Lisa” con Fausto Rey, “Tu sabes a qué yo vine?”, “El sentimental” con Anthony Ríos, “Navidades en merengue y salve” y “Salsa pa´tu lechón”, “El pingüino”, “Mamá Tingó”, “El papelito blanco”, “Navidades dominicana” y “Presentando a mi nueva cosecha”, con este último Johnny regresaba con su nueva orquesta, ya que ese año, 1978 había dejado atrás a El Combo Show”.
Para la década del 80 Ventura grabó unos 20 discos con su orquesta, entre los más destacados “Yo soy el merengue”, “Lo que te gusta”, “El sueño”, “Capullo y Serrullo” y “Si vuelvo a nacer”.
En los años 90 Johnny baja la productividad musical y crea la agrupación Los Potros del Caballo, agrupación con la que grabó algunos álbumes. En sus últimas producciones se encuentran “Sin desperdicios”, “103 boulevar”, “Volvió la Navidad”, “El Viejo está en la calle”, “Oro del Caballo Negro”, “Sin desperdicio”, “Soy” y “Tronco viejo”, entre otras.
Johnny se convirtió en un símbolo de la música popular dominicana, llevando al merengue por el mundo.
También fue un artista involucrado con los problemas sociales que afectaban al país, inquietudes que se reflejaban en algunos de sus temas como “El tabaco es fuerte”, “Mamá Tingó”, “El Carbonero” y otros. Fue participante activo de la vida política nacional, estudió derecho y fungió como diputado y alcalde de la capital.
«Durante seis décadas fue una fuente permanente de alegría para el pueblo dominicano, al innovar de tal manera con la música y el baile, que transformó el merengue en una pasión internacional, convirtiéndose para siempre en el Caballo Mayor, en el Rey del Merengue Moderno»,, resaltó el expresidente Leonel Fernández en un artículo en agosto de 2021 en Listín Diario.
Al ocurrir su deceso el 28 de julio de 2021, varios medios de comunicación, de prestigio internacional, lo reseñaron. El New York Times lo calificó como el “Elvis Presley del merengue”, al tomar prestado del rock and roll, mientras mantenía los ritmos tropicales y aceleraba los tiempos de la música criolla. El periódico francés, Le Monde, lo consideró como “figura del merengue”. CNN internacional lo enalteció diciendo que era “uno de los artistas más queridos de la República Dominicana y América Latina”.
Al ser analizado por el experto Manuel Betances, “Johnny variaba según los cambios sociales a medida que la cultura popular avanzaba en todos sus aspectos. Por eso no puede sorprender que en los años 60 teníamos un fenómeno a nivel mundial como la serie de TV de ‘Batman’ y ya el Combo Show tenía sonando en la radio el Bati-Merengue, en honor al vigilante de Ciudad Gótica».
Betances recordó que durante esa época de cambios sociales e hitos en la humanidad, al momento del hombre poner un pie en la Luna, Johnny anunciaba que siempre estaba en órbita, con un LP o disco de larga duración que mostraba en su portada la geografía accidentada de nuestro satélite natural.
“Respecto a la vestimenta, Ventura siempre estuvo atento a los cambios, era todo un caballero de porte gallardo, al emular esos trajes enterizos de figuras del rey del rock como Elvis Presley, o el padre del soul James Brown, o el galés Tom Jones. Pero no solo a nivel de vestuario, sino que su coreografía fue un guiño a estos ídolos, y a la vez, su marca distintiva cuando se encontraba en un escenario”, expresó Betances en un conversatorio semanas después de la muerte del merenguero.
También destacó la constante evolución en las carátulas de los “long play”, con avances a nivel de tipografías, peinados, fotografías y foto-montajes ya icónicos, como aquel del disco El Pingüino, que en su contraportada anunciaba que se iba a gozar con un disco lleno de sabor a ritmo del Caballo.
“La silueta de Johnny emergiendo del mismo centro de nuestra isla, o cabalgando sobre el mítico Pegaso con la ciudad de New York de fondo, son solo algunas de esas portadas memorables, que traían esos éxitos que hoy por hoy ya son parte de ese legado que nos deja este grande de la música dominicana”, agregó Betances.
En el conversatorio, la folclorista Xiomarita Pérez se refirió a los merengues, los cuales tenían sus propias coreografías y a los aportes de este artista al folklore dominicano, en sus producciones “Guataco”, “El florón” “Mambrú”. En realidades sociales como los pregones “El cuabero”, “Semilla salaíta”. También a aspectos humanos como la suegra, al negro, a la infidelidad, a la comadre, etc., cuyos contenidos eran tratados con picardía.