¿A quién es, en realidad y justicia, se puede considerar entre Milton Peláez y Luis Días, Padre del rock dominicano? ¿Tiene que haber un “Padre” del rock dominicano? ¿Y no hay una “Madre”?
Por una curiosa tendencia al estereotipo y a las soluciones de fórmula, se han categorizado figuras emblemáticas, pero al final lo que quedan son trayectorias de cruciales aportes al género y en momentos históricos distintos. Y. en todo caso, no hay “un” padre, sino varios ciclos de talento creativo musical, dispersos en el tiempo.
El tema ha sido infinitamente tratado en eventos de pensamiento sobre la música, en conferencias, en congresos de música, sin llegar a una conclusión definitiva y sensata.
En uno de los encuentros de recuento histórico del rock dominicano, celebrado en el Centro Cultural Banreservas con la participación de Kin Sánchez, Milton Cordero y Rossy Díaz, moderado por Alexei Tellerías, a iniciativa del proyecto El Arañazo/La Yarda, reconstruyó el origen y principales hitos de la primera etapa del género.
De ese panel se han anunciado tres nuevas entregas en julio y agosto, para dialogar sobre las etapas restantes en la evolución del rock dominicano, en el mismo Centro Cultural Banreservas.
Al parecer se persigue establecer una línea de tiempo del rock dominicano lo más completa posible, en una tarea casi enciclopédica que aún nadie ha concretado editorialmente.
En el encuentro Y el tema salió de nuevo: ¿Quién es el padre del rock dominicano?
Las principales versiones giran en torno a:
Milton Peláez, en el consenso de quienes conocen la historia musical del país, da un color nacional al rock al cantar en español y matizar con lo caribeño, la base del ritmo Norteamérica.
El artista, que fue descubierto en su talento por Rafael Solano en Moca. Fue compositor de los éxitos en rock: “Carmencita”, “Paco Cara de Maco”, “Todo lo que tengo”, “Viejito ye ye” y “Por eso estamos como estamos” iniciando, a nivel nacional como para llevarlo en gira por países latinoamericanos, incluyendo Argentina, Venezuela y Colombia, de acuerdo a Sánchez.
Por la presencia tan dominante de Kin Sánchez, participante en los eventos que fueron fundamentales para el desarrollo del género, abonó el criterio de que Peláez debe ser considerado como padre del ritmo juvenil dominicanizado.
Milton Cordero (Lechuga) es del criterio, en cambio, de que la principal figura del rock es Luis Días por la categoría musical que le otorgó mediante fusiones y creatividad, a lo que añadió la fuerza de la composición.
Días fue creador de las fusiones del rock y el merengue: “Merenrock” y la bachata electrónica: “Tecno amargue”. Días llegó a ser declarado, no oficialmente, por un grupo de bandas de rock en 2007. Mediáticamente es el más referido en tal cualidad.
Solo un “padre»
Pero…. ¿tiene que haber un “Padre” del rock dominicano para contar con una figura culminante que lo represente? No. Lo que hay que admitir es el aporte de diversas figuras en momentos históricos distintos dentro de un mismo proceso. Y en todo caso, concluir en que no hay un solo “padre” sino varios. Unos aportes son más trascendentes que otros, pero todos tienen valor. Sintiendo su trayectoria y desde una perspectiva de género, podría haber también una «Madre» del género.
Milton Peláez fue, sin dudas, quien abrió el camino del rock vestido de dominicanidad en sus textos y sus tonalidades musicales, respetando el origen de las guitarras eléctricas, la batería y el bajo, y su aporte tiene que ser reconocido.
Similarmente hay que destacar a Luis Días Portorreal, (El terror) quien hace el aporte musical más integral, que consagra el perfil dominicano del género con una textualidad poética y siendo la expresión más perfecta y sorprendente de fusiones con otros ritmos. Es la figura más conocida, más talentosa y más mediatizada en relación con el rock alternativo y más específicamente el rock dominicano.
El Terror fue “decretado” Padre del Rock Dominicano en 2007 por bandas, en una intención más emotiva y mediática que legal. No hay nadie reconocido en esta condición desde la perspectiva de los organismos autorizados para hacerlo: Congreso Nacional, Presidencia de la República o, en última instancia, alguna de las instituciones que agrupan los cronistas de arte..
BANDAS, OTRO TEMA PENDIENTE
Los Masters, la primera fundada en el país e integrada por Luis Guzmán Molina, Macho Miolán y José Emilio Valenzuela, cumpliendo un papel difícil de abrir caminos, de iniciar un trayecto artístico que luego seguirán muchos otros
“Los Happy Boys”, fue un grupo hizo contraparte a Bill Halley y sus Cometas, durante su presentación en el Teatro Agua y Luz, integrado por Pericles Mejía, José Manuel Henríquez (Mané), Jorge Taveras y Mac Cordero y que hizo su debut en Rahintel, (hoy Antena Latina, Canal 7), por el programa “777” de Tutín Beras Goico.
Toque Profundo, integrado por Tony Almont (Voz y Guitarras), Tomás Álvarez (Bajo, Teclados y programación) y Joel Lazala (Percusión, teclado y coros). Los expertos musicólogos le describen como la banda por excelencia del rock dominicano y la de mayor tiempo vigente en el mercado, con canciones contienen críticas sociales y un estilo característico influenciado por las bandas suramericanas y estadounidenses, explorando el grunge y rock alternativo.
Uranio, Transporte Urbano, Al-jadaqui y Tribu del Sol, esta última que tiene el mérito de contar con la voz femenina más tierna y contagiantemente amorosa, Laura Rivera. Esta vocalista y el aporte musical de Tribu del sol, la voz más conocida y seductora para dos generaciones, podría ser responsable, en parte, de la popularización del pop rock en español cantado aquí. Ella podría ser la “madre” del género.
A nuestro modo de ver, y a pesar de las declaraciones sobre la paternidad del rock dominicano, es claro que hay figuras determinantes, aportes cruciales, hechos y bandas trascendentes por lo cual todo es parte de un proceso que aún sigue en desarrollo.
Habrá que esperar nuevos paneles, nuevos encuentros reveladores y reflexivos. Es una tarea pendiente la de escribir la historia del rock dominicano.
wj/am