Con un presidente septuagenario preparando su reelección para 2020 y dos probables rivales de más de 70 años, los estadounidenses enfrentan una pregunta inevitable: ¿importa la edad en la Casa Blanca?
Donald Trump, que se convirtió en el presidente electo de mayor edad, tendrá 74 años para el comienzo del nuevo mandato, en 2021.
Dos de los probables competidores con chance para la nominación demócrata según las encuestas, el senador Bernie Sanders y el exvicepresidente Joe Biden, quien aún no confirmó su postulación, tendrán 79 y 78, respectivamente. La senadora Elizabeth Warren, una progresista que ya se apuntó a la carrera, tendrá 71.
Entre los demócratas hay además varios aspirantes a la Casa Blanca bastante más jóvenes: Tulsi Gabbard y Pete Buttigieg tienen 37, Julian Castro 44 y el senador Cory Booker 49.
La historia sugiere que tienen mayores posibilidades de ganar que los miembros de la gerontocracia. La última vez que los estadounidenses eligieron a un demócrata de mas de 55 años como presidente fue Harry Truman en 1948.
En medio de esta dicotomía, el candidato Beto O’Rourke, de 46 años, llamó la atención sobre su edad al correr el sábado una carrera de cinco kilómetros en Iowa, mientras Bernie Sanders, 31 años mayor, se resbaló en la ducha y sufrió un corte en la cabeza por el que le que tuvieron que coser siete puntos.
Para Biden y Sanders, sus décadas en el ámbito político representan un mayor reconocimiento entre los votantes y una valiosa experiencia que podrían aplicar en el poderoso puesto.
A la vez, su edad podría perjudicarles para lograr un apoyo más amplio y para utilizar nuevas formas de comunicación como las redes sociales.
Los seguidores de Biden y Sanders suelen ignorar las preguntas sobre la edad de sus favoritos y destacan su vitalidad, además de lanzar acusaciones de discriminación por edad.
Sanders, de hecho, aparentemente tiene más apoyo entre los jóvenes que entre los mayores.
«Su edad no me importa y no hay razón para creer que no está bien de salud», dijo Garrick Dodson, de 17 años y que tendrá edad suficiente para votar el próximo año, a AFP en Iowa.
El joven consideró que Sanders inspiró a «toda una generación de chicos» en la carrera presidencial de 2016 con su plataforma progresista, en la que abogaba por la salud pública universal y la lucha contra la desigualdad económica.
«Amo a Bernie Sanders y votaré por él pase lo que pase», añadió Dodson.
Pese a la pasión de Trump por la comida chatarra, su médico declaró el mes pasado que el mandatario se encuentra en «muy buen estado de salud». «Y anticipo que seguirá así por el resto de su presidencia y más allá», señaló en un comunicado el médico de la Casa Blanca, Sean Conley.
Sin embargo, una serie de tuits inconexos de Trump de los últimos días generó cierta preocupación.
Sus asesores defendieron la salud mental del presidente, pero el abogado George Conway, marido de la consejera presidencial Kellyane Conway y un crítico habitual del mandatario, insistió en que Trump «está cada vez peor».
– «Más difícil» a los 80 –
En general la edad no ha sido un límite para tener éxito en la política estadounidense.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, mostró que, a los casi 79 años, sigue siendo una política muy astuta. El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, de 77, también está muy activo y es un gran estratega.
Trump enojó a los demócratas en 2016 al atacar a Hillary Clinton, por entonces de 68 años, acusándo a su rival de carecer la «fortaleza mental y física» para ser presidenta.
Sanders, que sería el presidente de mayor edad, fue firme al referirse al tema. Los votantes no deben tratar a los candidatos «por su orientación sexual o su género ni por su edad», señaló el mes pasado.
«He sido bendecido con una buena salud (…) y creo que aún tengo mucha energía».
Pero el declive gradual es inevitable. Eric De Jonge, director de gerontología en el MedStar Washington Hospital Center, dijo que los efectos del envejecimiento se perciben más fácilmente después de los 80 años, cuando se dan más casos de demencia.
Los órganos se deterioran naturalmente y hay pérdida de neuronas en el cerebro, los vasos sanguíneos se endurecen y se reduce la capacidad de ejercicio.
«Los extenuantes días de campaña de 16 o 18 horas serán más difíciles para alguien de 80 años que para uno de 50, lo demás sigue siendo igual», aseguró De Jonge a AFP.
«Eso no quiere decir que no se puede tener un gran candidato de 75 años»