Washington quiere juzgar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, considerado como una amenaza para la seguridad nacional por la publicación de una gran cantidad de documentos comprometedores para los militares, los diplomáticos y los demócratas estadounidenses.
La justicia estadounidense actúa sin embargo con cautela para evitar ser bloqueada por la primera enmienda de su Constitución, vinculada a la libertad de prensa.
El australiano de 47 años se había refugiado en 2012 en la embajada de Ecuador de Londres, dos años después de que WikiLeaks publicara 250.,cables diplomáticos y unos 500,000 documentos confidenciales sobre las actividades del ejército estadounidense en Irak y en Afganistán.
Algunos estadounidenses alabaron entonces la denuncia de abusos militares por parte de la organización, pero las autoridades denunciaron que las revelaciones de WikiLeaks ponían en peligro a sus agentes en el terreno.
Filtración de documentos
El derecho estadounidense condena duramente la filtración de documentos confidenciales. La exanalista del ejército estadounidense Chelsea Manning, que originó esa divulgación de secretos sin precedentes, fue condenada a una pena de 35 años de cárcel, que el expresidente Barack Obama conmutó por una condena de siete años.
La primera enmienda de la Constitución sobre la libertad de prensa protege, sin embargo, la publicación de esas filtraciones por los medios de comunicación. De ahí que la administración de Obama (2009-2017) renunciara a demandar a Julian Assange, que pudo proseguir sus actividades desde la embajada ecuatoriana.
La policía británica detuvo finalmente al australiano este jueves a raíz de una solicitud de extradición presentada por Estados Unidos, donde está imputado por “conspiración para cometer intrusión informática”.
La justicia estadounidense lo acusa de haber aceptado ayudar a Chelsea Manning a obtener una contraseña del departamento de Defensa. Los cargos que pesan sobre él son bastante reducidos y lo exponen a una condena máxima de cinco años de cárcel.
Me encanta Wikileaks
El presidente estadounidense, Donald Trump, se negó a comentar el caso ayer jueves. “No sé nada de WikiLeaks, no es asunto mío”, dijo. “WikiLeaks – Me encanta WikiLeaks”, declaró durante la campaña presidencial de 2016, cuando el portal publicó miles de correos electrónicos pirateados de sus rivales demócratas y comprometedores para su adversaria, Hillary Clinton.