El presidente argentino Mauricio Macri anunció ayer miércoles varias medidas destinadas a mejorar la situación de los trabajadores en un intento por revertir el malhumor social de cara a las elecciones generales de octubre, en las que su reelección está en riesgo.
Las medidas incluyen la reducción de las retenciones aplicadas a los salarios, partidas extras para trabajadores informales y desocupados con hijos, un incremento del salario mínimo -actualmente de 12,500 pesos (cerca de 200 dólares)- y el congelamiento del precio de la gasolina.
La clase media
Varias apuntan a la clase media que votó mayoritariamente por Macri en 2015 y luego de sentirse asfixiada por el aumento de las tarifas de los servicios, la inflación y el creciente desempleo podría bajarle el pulgar en las generales.
Según el mandatario estas medidas “traerán alivio a 17 millones de trabajadores y sus familias y a todas las pymes (pequeñas y medianas empresas) que están pasando por un momento difícil y de mucha incertidumbre”.
En un mensaje televisado el mandatario señaló que decidió lanzar estas medidas porque los argentinos “están enojados” y le dieron la espalda en las primarias del domingo.
“Escuché lo que quisieron decirme… Después de un año y medio muy duro dijeron ‘no más’, sintieron que en este tiempo les exigí mucho, fue como trepar el Aconcagua (el pico más alto del hemisferio occidental) y hoy están enojados, cansados”, dijo el mandatario.
Ese malhumor se reflejó en las primarias abiertas y obligatorias en las que el opositor Alberto Fernández, acompañado en la fórmula por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), obtuvo alrededor de 47% de los votos mientras Macri alcanzó 32%, lo que lo deja casi sin chances de revertir el resultado y lograr ser reelecto.
Más de 35%.
Después del anuncio el peso profundizó su depreciación. El dólar cerró la jornada en 63 pesos por unidad respecto de la víspera, cuando cotizó a 58 pesos, según el estatal Banco Nación.