Los estudiantes de Nicaragua aglutinados en la Coordinadora Universitaria por la Justicia y Democracia (CUDJ) emitieron una propuesta de creación de una coalición opositora, para cambiar de raíz el sistema político nacional, como solución a la crisis sociopolítica local.
La CUDJ, conformada por estudiantes que lideraron la «insurrección cívica» de abril de 2018 contra el presidente Daniel Ortega, propuso crear la «Coalición Opositora Azul y Blanco» para lograr los «cambios estructurales que necesita el país» y para romper con «pactos políticos entre el Gobierno y las élites».
La de la CUDJ es la primera propuesta de la oposición referida a la anunciada «Gran Coalición Opositora», un plan de la disidencia para retar a Ortega ante un proceso electoral, tal como ocurrió en 1990, cuando el líder sandinista se vio obligado a dejar el poder tras 10 años de mandato.
Según la propuesta, leída en conferencia de prensa por el estudiante Ariel Sotelo, la Coalición deberá estar conformada por los movimientos opositores Unidad Nacional Azul y Blanco y Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que aglutinan a diversas fuerzas disidentes.
Los estudiantes propusieron que dicha Coalición debe estar a cargo de reformas electorales «para reestablecer la confianza a los nicaragüenses y tengan el pleno derecho a elegir y ser elegidos», luego de 13 años de reelecciones a favor de Ortega.
La Coalición no participaría en unas elecciones sin que haya un nuevo Consejo Supremo Electoral, se desarmen los grupos paramilitares, cese la represión, se restablezcan las garantías constitucionales, se respeten los derechos humanos, se libere a los «presos políticos» y haya un retorno seguro de los más de 85.000 exiliados.
En su propuesta, los universitarios reclamaron la unidad «de todas las fuerzas políticas, sociales, económicas y estudiantiles para encontrar una salida a la crisis sociopolítica por vías pacíficas y constitucionales».
Asimismo advirtieron que la Coalición no debe servir para el «repartimiento del Estado (como) botín, ni se trata de llegar al poder por la vía rápida», sino para garantizar «cambios estructurales que le den cabida a un sistema político sostenible en el tiempo», bajo la fiscalización de la ciudadanía.
«La Coalición debe girar en torno a un plan de nación», que «deberá ser asumido por el próximo gobierno y de obligatorio cumplimiento», sin acuerdo de «las élites y la dictadura, a espalda de los nicaragüenses», resaltó.
En el mismo documento la Coordinadora Universitaria advirtió a los partidos políticos vigentes en Nicaragua que se unan al plan de la Coalición, ya que no se puede «pensar en cambiar el sistema con los mismos actores ya desgastados», cuyas «propuestas, métodos y acciones, no han producido ningún resultado».
La CUDJ además anunció su separación de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, único movimiento opositor reconocido por la comunidad internacional para dialogar con el Gobierno.
Según el dirigente Luis Quiroz, la CUDJ debía elegir si pertenecer a la Alianza Cívica o a la Unidad Nacional de cara a la creación de la Coalición, y se decidió por la segunda.
Los universitarios son uno de diversos sectores que se oponen a que Ortega y su familia permanezcan en el poder, luego de que su Gobierno ha ejecutado acciones armadas que han dejado entre 328 y 651 muertos desde 2018, según organismos humanitarios nacionales e internacionales.
Unas reformas al sistema electoral de cara a las elecciones de 2021 han sido anunciadas por la Asamblea Nacional (Parlamento), pero estas despertaron desconfianza, ya que el Legislativo obedece a Ortega, al igual que los Poderes Electoral, Judicial y Ejecutivo, así como la Policía, el Ejército, y los Gobiernos municipales y regionales.
La CUDJ mantuvo su interés en que Ortega y su familia abandonen la Presidencia lo más pronto posible, para evitar la muerte o arresto de más opositores.