El Instituto Nacional de Migración (INM) de México ha informado el retorno asistido de 240 migrantes hondureños a su país de origen en dos aeronaves.
El traslado ha tenido lugar desde el Aeropuerto Internacional de Toluca con destino a la ciudad hondureña de San Pedro Sula, ha informado el organismo mediante su cuenta de Twitter. Para la operación han contado con la colaboración de la Guardia Nacional de México, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Aduanas y Protección Civil.
El INM ha deportado a cientos de migrantes, en su mayoría hondureños, durante los últimos días. Los migrantes han atravesado la región hasta llegar a la frontera con México, cerrada y fuertemente custodiada por la Guardia Nacional en apenas unos días.
El año pasado se produjeron fuertes choques en este mismo escenario entre migrantes centroamericanos y fuerzas de seguridad. Algunos, desesperados por entrar en México, se lanzaron al río que sirve de frontera natural para cruzar a nado.
En este contexto, la Guardia Nacional replegó el jueves el avance de la caravana de migrantes que se dirigen hacia Estados Unidos lanzando gas lacrimógeno.
Sin embargo, para este viernes se espera una nueva caravana migratoria, autodenominada ‘La Caravana del Diablo’, que partirá de El Salvador rumbo a México con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos, según ha informado el diario ‘Excélsior’.
TRÁFICO DE PERSONAS
Por otra parte, el INM ha comunicado que se ha iniciado la investigación de más de 20 «probables» redes de traficantes de personas que operan en territorio mexicano con alcance internacional.
Además del traslado y el resguardo de personas, las redes supuestamente ofrecen cinco intentos para que las personas logren ingresar en el país que solicitan. Por ello, cobrarían cantidades que rebasan los 200.000 pesos (más de 9.500 euros) por persona, según un comunicado del INM.
Los migrantes del llamado Triángulo Norte –El Salvador, Guatemala y Honduras– comenzaron a marchar en grupo en octubre de 2018 para protegerse de los peligros de la travesía por la región, plagada de organizaciones criminales.
Entonces, la Administración de Donald Trump llegó a hablar de «invasión» y forzó a los países emisores y a México, país de tránsito, a firmar acuerdos migratorios para fortalecer las medidas contra la inmigración ilegal bajo amenaza de retirar la ayuda estadounidense que reciben e incluso de imponer aranceles comerciales.