Una Cámara dividida el viernes aprobó por poco un paquete de ayuda pandémica de $ 3 billones para enviar ayuda a los gobiernos estatales y locales en dificultades y otra ronda de pagos directos de $ 1,200 a los contribuyentes, presentando una propuesta con pocas posibilidades de convertirse en ley sobre la oposición republicana casi unánime.
A medida que las ventas minoristas se desplomaron y las solicitudes de desempleo aumentaron, la perspectiva de más ayuda de Washington siguió siendo incierta. Los líderes demócratas caracterizaron la medida de $ 3 billones, que el presidente Trump prometió vetar, como su oferta de apertura en futuras negociaciones sobre la próxima ronda de ayuda al coronavirus, avanzando en su aprobación incluso en medio de las divisiones dentro de sus propias filas.
Con casi $ 1 billón en ayuda a estados maltratados, ciudades y tribus nativas americanas, y otra ronda de beneficios por desempleo reforzados y pagos directos del gobierno a los estadounidenses, la medida fue una secuela expansiva del estímulo de $ 2.2 billones promulgado en marzo , que refleja el deseo de los demócratas de presionar por una nueva ronda de ayuda rápida y agresiva.
Trump y los republicanos han vacilado sobre si se comprometerían a otra fase de asistencia federal , y han dejado en claro que no tienen prisa por proporcionarla.
El proyecto de ley se aprobó con un margen estrecho, 208-199, ya que algunos demócratas moderados de distritos de tendencia conservadora lo rechazaron como un extravagante costoso que incluía disposiciones no relacionadas con la pandemia.
Aunque el proyecto de ley era más un documento de mensajería que una legislación viable, su destino estaba en duda en las últimas horas antes de su aprobación. Los republicanos forzaron una votación para prohibir que los inmigrantes indocumentados reciban pagos de ayuda por coronavirus de $ 1,200, con la esperanza de obtener el apoyo de suficientes demócratas centristas para prevalecer.
Pelosi trabajó furiosamente en el piso de la Cámara hasta la noche, interceptando a los legisladores cuando llegaron, en un esfuerzo por disuadirlos de respaldar la propuesta de los republicanos. Sus esfuerzos prevalecieron y el esfuerzo se quedó corto.
La destrucción económica causada por el virus continuó cambiando la vida en Estados Unidos. Las ventas minoristas cayeron un récord de 16.4 por ciento en abril, según datos del gobierno reportados el viernes, tras una caída de 8.3 por ciento en marzo. Fue, con mucho, el mayor descenso registrado en dos meses y provocó que marcas famosas como J. Crew , Neiman Marcus y JC Penney se declararan en bancarrota.