Las autoridades venezolanas celebraron ayer, lunes, que el primero de los cinco buques cisternas de Irán, cargados de gasolina, atracó en el país para entregar el combustible que tanto necesita Venezuela tras la debacle de su industria petrolera, pese a tener las mayores reservas de petroleó del mundo y que otrora producía más de un millón de barriles de combustible al día.
Los envíos de gasolina desafían las severas sanciones de la administración del presidente estadounidense Donald Trump contra ambas naciones y marcan una nueva era en la floreciente relación entre Venezuela e Irán, que está expandiendo su huella en el hemisferio occidental.
” íSeguimos avanzando y Venciendo!”, escribió en Twitter el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, tras la llegada del buque “Fortune” de Irán al complejo refinador El Palito, en el estado central de Carabobo. La televisión estatal reprodujo imágenes del barco que atravesaba las aguas del Mar Caribe mientras los aviones de combate venezolanos lo sobrevolaban. Aissami publicó fotografías en su cuenta de Twitter de la salida del sol sobre el petrolero atracado en la refinería El Palito, semiparalizada por años y que otrora procesaba unos 140,000 barriles diarios de crudo. Washington dice que tanto Irán como Venezuela están gobernados por regímenes represivos. Recientemente ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por la detención del presidente Nicolás Maduro por cargos de contrabando de drogas.