La amistad de Laura y Elizabeth era muy fuerte. Es volver a creer que realmente existen buenas personas y que cuando sabés ser una buena amiga, la vida te lo termina agradeciendo y recompensando.
Laura y Elizabeth comenzaron a ser amigas cuando ambas eran unas niñas. Con tan solo 5 años de edad, las dos empezaron a escribir una historia inigualable llena de aventuras, travesuras y buenos recuerdos. Su infancia era tan verdadera que permaneció hasta que ambas se convirtieron en madres.
Sin embargo, ni Laura ni Elizabeth contaban con que un día su amistad llegaría a su fin, de la manera más triste posible. Es que en agosto de 2014, Elizabeth fue diagnosticada con cáncer cerebral fase 4, lo cual disminuía sus posibilidades de sobrevivir.
La triste noticia hizo que Elizabeth se preocupara por el futuro de sus cuatro hermosas niñas: Tara (12 años), Samona (9 años), Ella (8 años) y Lily (6 años), pues era madre soltera.
Afortunadamente, Elizabeth contaba con el apoyo total de su mejor amiga Laura Ruffino, quien prometió cuidar de ellas si algo llegaba a suceder. “Ella me dijo: ‘Si algo me pasa, ¿llevarás a mis chicas?’. Y yo de inmediato le dije: “Por supuesto’”, comentó Laura a la revista People.
Además de hacerle esta promesa, Laura le hizo saber a Elizabeth que a sus hijas no les faltaría nada y que ellas tendrían su propio espacio en su casa.
Tras la muerte de Elizabeth en 2015, Laura, su esposo y sus dos hijas (Grace de 12 años e Isabella de 13) aceptaron con toda la alegría del mundo la idea de adoptar como parte de su familia a las 4 niñas, a pesar de que realmente nunca tuvieron una conversación al respecto.
La compañía que le brindó Laura a Elizabeth en sus últimos momentos de vida fue fundamental para hacer que ella pudiera partir un poco más tranquila de este mundo .
“Realmente no hablamos sobre la decisión de acoger a las chicas, suena un poco loco, pero salí y dije que si algo le sucedía a Liz, sería un honor llevar a sus hijas”, comentó Rico, el esposo de Laura.
Cuando el proceso de adopción terminó, las cuatro niñas fueron a casa de Laura en Buffalo, Nueva York. Al llegar sus nuevas amigas, las hijas de Laura les cedieron sus habitaciones para hacerlas sentir como en casa. Sin duda fue un gran gesto por parte de ellas.
“Quiero que sean felices y se sientan como en casa otra vez”, comentó Isabella, la hija mayor de Laura.
Criar a 4 niñas mas no iba a ser una tarea sencilla, iba a requerir de mucha paciencia, adaptación y por supuesto de dinero. Afortunadamente la familia Ruffino, no estaba sola, pues la comunidad donde viven se conmovió tanto con esta historia que los apoyaron económicamente.
El Buffalo Wellness Center, también apoyó a la familia con la creación de un GoFundMe para recaudar fondos y apoyar con los gastos de las niñas. La campaña fue muy conmovedora y logró recaudar 32.000 dólares.
“Estamos asombrados con el amor y generosidad que estamos recibiendo, siento que Dios tiene su mano en todo esto y como familia nos estamos fortaleciendo”, le afirmó Laura a la revista People.
El proceso no ha sido sencillo para las 4 huérfanas, pero la familia Ruffino se ha encargado de darles todo el amor del mundo con el fin de hacer menos difícil esta nueva etapa de sus vidas.
“Su verdadera madre, que era la mejor de todas, está en el cielo; pero mientras están ustedes en la tierra, yo seré la mejor madre de la tierra.”; fueron las palabras de Laura a las 4 hermanas.
Fuente: PANORÁMICA DESCONOCIDA