El Ministerio de Salud de Brasil ha informado este lunes de un aumento de 20,647 nuevos casos de la COVID-19, por lo que el país ya cuenta con 888,271 positivos contabilizados, mientras que el número de fallecidos ha ascendido a 43,959, tras los 627 registrados en las últimas 24 horas.
Las cifras oficiales han vuelto a diferir de las publicadas por los medios brasileños, los cuales anunciaron hace una semana una alianza después de que el Ministerio de Salud, por orden del presidente, Jair Bolsonaro, decidiera cambiar la metodología en el recuento de fallecidos.
Hasta entonces, las autoridades sanitarias sumaban todas las víctimas mortales que se registraban en un mismo día, independientemente de cuando se había producido la muerte, lo que era considerado por Bolsonaro como una manera de «distorsionar» la realidad y dar pie al alarmismo de la prensa.
En las cifras de este lunes, la alianza de medios, en la que están periódicos como ‘Estadao’, ‘Folha de Sao Paulo’ y la cadena Globo, ha registrado, tras el recuento de las cifras de las secretarías estatales de salud, 23,674 nuevos casos y 729 muertes, por lo que Brasil ya tendría un total de 91,556 contagios y 44,118 fallecidos.
El estado de Sao Paulo es la región más afectada con 181,460 casos y 10,767 muertes, seguido de Río de Janeiro, la otra gran urbe brasileña, con 80,946 contagios contabilizados y 7,728 fallecidos.
La reciente flexibilización de las medidas de restricción, representada en la apertura durante cuatro horas de algunas de las tiendas de la capital paulista, ha provocado imágenes en las que se observan «más aglomeraciones a las puertas de los comercios que ventas».
Así lo han denunciado los colectivos que representan los derechos de los dueños de estos establecimientos, quienes apuntan que «no está siendo inteligente condensar el horario de apertura de las tiendas que abastecen a toda una región», en referencia a los alrededores de la popular calle 25 de Marzo, una de las mayores zonas de compra de todo el país.
Las autoridades paulistas autorizaron la apertura de tiendas de productos no esenciales durante el periodo de 11.00 horas a 15.00, lo que para muchos comerciantes supone «un riesgo» debido a las aglomeraciones que se están produciendo, por lo que defienden la vuelta a los horarios anteriores al estallido de la crisis sanitaria, tal y como ha reflejado el periódico ‘Estadao’.