Haití ha registrado 42 contagios de coronavirus importados en los últimos días, desde la reapertura del aeropuerto de Puerto Príncipe, el principal del país, que volvió a recibir vuelos el 1 de julio después de tres meses de cierre.
Hasta el 30 de junio, el país caribeño había registrado 57 contagios importados, pero a partir de entonces, el número de casos comenzó a aumentar exponencialmente, llegando a 99.
La decisión de reabrir el Aeropuerto Internacional de Toussaint Louverture ha sido criticada por varios profesionales de la salud en Haití.
El doctor Ronald Laroche, jefe del Desarrollo de Actividades Sanitarias en Haití (DASH), una red de hospitales, considera que abrir las fronteras supone un «gran riesgo».
«Es un gran riesgo que las autoridades están tomando. Es como si fueras a crear una hemorragia. Estamos abriendo las puertas del infierno en Haití», advirtió Laroche, en declaraciones a Efe.
El médico opina que se tendría que esperar otros 30 días y observar la evolución de la enfermedad en Nueva York y Florida, los dos estados donde vive el grueso de la diáspora haitiana.
«Estás poniendo en peligro a 12 millones de personas para complacer a 10.000. La gente volverá a casa con el nuevo germen», argumenta el doctor.
El país caribeño de momento ha sido poco impactado por el COVID-19 en comparación con otros países de la región, con un balance de 6.294 casos confirmados y 113 fallecidos.
En las últimas 24 horas, se han notificado 64 nuevos casos confirmados, incluyendo 3 nuevas muertes, según el último boletín del Ministerio de Salud.
A pesar del ritmo decreciente de los contagios, hace dos semanas la ONU advirtió de que la enfermedad está poniendo al límite el sistema de salud del país, que es uno de los más frágiles de América.
«Aunque los números confirmados de infectados y muertos palidecen en comparación con los de otros países en las Américas, la pandemia está poniendo al límite el sistema de salud ya frágil del país y poniendo a prueba su exigua protección social», dijo la representante de la ONU para Haití, Helen La Lime, durante una intervención ante el Consejo de Seguridad.