Estados Unidos, Brasil y México incrementaron este miércoles el número de contagios y fallecimientos por la COVID-19 sin que la curva de la enfermedad muestre una tendencia a la baja.
Estados Unidos alcanzó la cifra de 3,046,351 casos confirmados de COVID-19 y la de 132,095 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, lo que supone 55,000 contagios más que el martes y 733 nuevas muertes.
El balance provisional de fallecidos -132,095- ha superado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100,000 y 240,000 muertes a causa de la pandemia.
Brasil, el segundo país más afectado del mundo por detrás de Estados Unidos, sumó 1,223 muertos desde ayer, mientras que otros 4,105 decesos están bajo investigación, de acuerdo con el balance diario del Ministerio de Salud.
Estos datos suponen 1,7 millones de contagios de COVID-19 tras registrar 44,571 contagios en las últimas 24 horas, mientras que el número de muertos llegó a los 67,964, informó el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien la víspera dio positivo.
Pese a ello, hay alguna cifra que anima al optimismo: desde que se registró el primer caso en Brasil, a finales de febrero, más de un millón de personas se han recuperado de la enfermedad.
MÉXICO, DE RÉCORD
El otro gigante americano, México, registró este miércoles 6,995 nuevos contagios de la COVID-19 para alcanzar un récord de casos diarios con los que ya acumula 275,003 infectados desde el inicio de la pandemia, informaron las autoridades sanitarias.
Los 6,995 casos confirmados registrados en esta jornada, son la mayor cifra para un día desde los 6,914 contagios del 4 de julio pasado, en lo que fue una racha de reportes por encima de los seis mil casos, con 6,741 el 2 de julio y los 6,740 del 3 de julio.
La lectura de los datos, sin embargo, fue matizada por el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien aseguró que el panorama nacional se observa que la epidemia en México continúa en desaceleración, aunque evidentemente sigue activa.
«Que aumente el número de casos no quiere decir que se acelera la epidemia, una cosa es que la epidemia sigue en la fase creciente y otra es que la velocidad a la que ocurre este incremento es cada vez más lento», señaló López-Gatell.
SIN MASCARILLAS Y EN LA CASA BLANCA
Frente al aumento de contagios y la necesidad de mantener la distancia social que promueve la OMS, la imagen del día estuvo en la Casa Blanca donde el presidente de EE.UU., Donald Trump, recibió como invitado a su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Sonrientes y sin tapabocas, ambos dirigentes evitaron, eso sí, el apretón de manos pero obviaron la pandemia como tema central del encuentro.
López Obrador, en cuyo país hay 268,008 casos y 32.014 muertes por el patógeno, se sometió a una prueba de detección del virus antes de su partida y, por la austeridad autoimpuesta al viajar en línea comercial en lugar de usar el avión presidencial, tuvo que soportar las muy estrictas reglas sanitarias de los aeropuertos de EE.UU., con dos escalas, y se le tuvo que ver por primera vez con un tapabocas.
Por su parte, Trump, quien se sometió a la prueba en mayo pero que ha sido muy escéptico en cuanto a todo lo relativo a un coronaviruss, lo recibió muy sonriente, pero no le estrechó la mano por las medidas protocolarias implantadas en la Casa Blanca.
«Hemos trabajado de cerca en la batalla contra el coronavirus», dijo el anfitrión, quien a su vez avanzó que su país tiene intención de enviar más respiradores al vecino del sur. «Estamos en esta lucha juntos y lo estamos haciendo bien», añadió Trump.
MÁS JEFES DE ESTADO EN ACCIÓN
Por su parte, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien el martes aseguró haber dado positivo en la prueba del coronavirus SARS-CoV-2, aseguró este miércoles que ningún país del mundo ha preservado la vida y los empleos como Brasil sin propagar el pánico ante la pandemia del coronavirus, a pesar de los más de 1,7 millones de casos y los 67,964 fallecimientos causados por la COVID-19.
Desde su aislamiento en el Palacio de la Alvorada en Brasilia, Bolsonaro, en su cuenta de Twitter, aseguró que «combatir el virus no podía tener un efecto colateral peor que el propio virus», al insistir en su crítica a las medidas de distanciamiento social impuestas por gobiernos regionales.
De otro lado, en el marco de la cumbre virtual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los presidentes de Ecuador, Cuba, Colombia, Panamá, Guatemala y Uruguay admitieron los efectos devastadores de la pandemia en sus mercados laborales, pero también plantearon soluciones para contrarrestarlos.
«Es importante que gobiernos y organizaciones internacionales entiendan cuáles pueden ser las consecuencias negativas de esta pandemia, y que el derecho comparado, las buenas prácticas internacionales y la ciencia acompañen a las decisiones de los Estados», señaló el uruguayo Luis Lacalle Pou.
El jefe de Estado colombiano, Iván Duque, agregó que el mayor evento de salud pública vivido por la humanidad en épocas recientes ha venido acompañado de una crisis socioeconómica «que no discrimina entre países grandes y pequeños, nos golpea a todos» y debe ser enfrentada «sin populismos ni demagogia».
Lenín Moreno, mandatario ecuatoriano, recordó que cuatro de cada cinco trabajadores en el mundo se han visto afectados por las medidas de confinamiento parcial, y auguró una recuperación económica «difícil y lenta en la que podría surgir otra ‘pandemia’, la del mayor nivel de desempleo de la historia».
El guatemalteco Alejandro Giammattei declaró que los países con economías informales se han visto especialmente afectados por las medidas contra la COVID-19, y en ese sentido su nación, donde un 70 % de los trabajadores tienen este tipo de actividad, también ha sido muy golpeada.
Similares planes de ayuda a la pequeña y mediana empresa fueron presentados por el mandatario panameño Laurentino Cortizo, mientras que su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel, alertó de las «devastadoras consecuencias» de una crisis que «acrecentará la desigualdad y la pobreza».
SIGNOS DE LA REAPERTURA EN ECUADOR
Un total de 28,146 pasajeros se han embarcado en Ecuador desde el pasado 1 de junio, cuando se autorizó la reanudación de las operaciones aeroportuarias, en medio del proceso de reapertura de la cuarentena para hacerle frente al SARS-CoV-2.
La Dirección de Aviación Civil precisó que del total de pasajeros, 10,874 personas viajaron a destinos dentro del país durante junio a través de dieciocho aerolíneas.
Asimismo, 17,272 usuarios viajaron al exterior entre las rutas internacionales habilitadas hacia Estados Unidos (Fort Lauderdale, Miami, Nueva York y Houston), Chile, Países Bajos y España.
La pandemia ha dejado hasta ahora en toda América 6,004,685 casos positivos y 268,828 muertes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y América Latina ya es su nuevo epicentro mundial con más de tres millones de infecciones.