En los días posteriores a la muerte de Trayvon Martin debido a que un voluntario de vigilancia vecinal de raza blanca le disparó, Ja’Ron Smith y otros miembros del personal del Congreso se manifestaron en contra de lo ocurrido en la escalinata del Capitolio estadounidense, donde permanecieron de pie con las capuchas de sus sudaderas sobre la cabeza.
Fue una expresión de protesta muy elocuente: Martin, un adolescente negro, llevaba puesta una sudadera con capucha cuando murió, y los empleados del Congreso eran negros, asiáticos e hispanos, tanto republicanos como demócratas. Smith, presidente de la asociación Black Republican Congressional Staff Association, compartió su propia experiencia de haber sido juzgado por su raza y señaló que “es un verdadero problema en nuestro país y tiene sus raíces en la ignorancia”.
Ocho años después, Smith, de 37 años, es el funcionario negro de mayor rango en la Casa Blanca del gobierno de Trump. Ocupa el cargo de asistente de segunda línea de un presidente que amenazó a un grupo de manifestantes reunidos para exigir reformas al sistema policial y justicia racial tras la muerte en custodia de la policía de George Floyd, un hombre negro, y al que se le ha acusado de realizar una campaña de reelección que incita, con acciones sutiles y explícitas, el racismo blanco.
Al mismo tiempo que el presidente Donald Trump ha ido reforzando sus incitaciones, con acciones como describir el movimiento Black Lives Matter como “un símbolo de odio” o atacar al conductor negro de NASCAR Bubba Wallace y defender la bandera de los Estados Confederados, Smith ha ido ganando prominencia como un vocero “de facto” en temas de justicia y uno de los autores de una orden ejecutiva sobre la policía preparada por una Casa Blanca en la que el círculo cercano del presidente no incluye a ningún negro. Ha trabajado con Jared Kushner, el yerno del presidente, y Trump ha comenzado a llamarlo “mi estrella” cuando están juntos en alguna reunión.
Smith se negó a concedernos una entrevista, pero varios de sus amigos afirmaron que no le viene naturalmente aparecer en televisión para ofrecer apoyo partidista, que es una de las formas más rápidas de atraer atención en la esfera de Trump. Los comentarios y tuits recientes del presidente, dicen, han sido desmoralizadores para Smith y han puesto a prueba su determinación de concentrarse en los temas que considera importantes.
“Definitivamente lo nota, e intenta lidiar con el asunto”, respondió Brandon Andrews, antiguo asistente de la bancada republicana en el Senado y amigo de Smith, cuando le preguntaron cuál había sido la reacción de Smith al lenguaje provocativo del presidente.
Quienes lo conocen afirman que, si bien al aceptar el empleo Smith estaba muy consciente de que recibiría críticas por trabajar para Trump, no se imaginó el tipo de enfrentamientos raciales que han estallado tras la muerte de Floyd, las manifestaciones organizadas después de ese suceso ni la reacción de enfado del presidente.
De cualquier forma, “le parece más valioso contar con las relaciones y el acceso que tiene ahora, en especial porque muy pocas personas negras (o de color) tienen acceso al presidente”, indicó Andrews.
Lo que menos quiere Smith es convertirse en una voz solitaria en temas raciales dentro del gobierno, por lo que se ha vuelto muy hábil para ocultar sus opiniones personales, comentó J.C. Watts, quien contrató a Smith como becario cuando era congresista por Oklahoma.
“Tal vez se haya visto obligado a hacerlo solo porque la comunidad negra percibe que el gobierno es hostil”, señaló Watts. “Tuvo que acelerar al máximo su madurez. Fue necesario debido a la relación que la comunidad siente con este gobierno”.
Cedric Diakabana, antiguo asistente demócrata en el Senado que trabajó con Smith en la organización del evento “Hoodies on the Hill” en 2012, no es tan comprensivo.
“No me sorprende que en esta Casa Blanca el personal que trabaja ahí deje sus convicciones atrás al cerrar puerta”, dijo. “Parece que solo le son leales a Trump, y si haces enfadar al presidente, sencillamente te quedas sin trabajo”.
Los amigos y aliados de Smith opinan que él tiene esas ideas debido a la forma en que lo criaron, y le da a la Casa Blanca una perspectiva que de otra forma no lograría, así como una postura en materia de política interna arraigada en principios conservadores.
Durante su infancia en Cleveland, Smith y sus cuatro hermanos estuvieron al cuidado de su padre varios años, pues su madre sufría una adicción a la cocaína, de la que después se recuperó. Cuando habla en público sobre temas como la policía y la reforma al sistema de justicia, por lo regular menciona que las personas de las comunidades como aquella en la que creció necesitan ver a más oficiales de color. En Facebook, su avatar es un bitmoji de un hombre negro con el puño levantado.
Smith se graduó de la Universidad de Howard y su facultad de Divinidad, y su incursión en la política con los republicanos, según sus amigos, se vio moldeada en gran medida por su fe. Sin embargo, también les ha dicho a sus amigos que fue por la frustración que le causaba que no hubiera condiciones para que las familias negras pudieran mejorar notoriamente en Cleveland con gobiernos demócratas.
“Creció en un área dominada por política demócrata, pero aun así sufría muchos de los problemas socioeconómicos que observamos en otros centros urbanos”, explicó Andrews. “Me ha dicho: ‘Me pregunté ¿por qué existe esta situación? y si lo que hemos hecho no ha funcionado, ¿por qué no intentamos algo distinto?’”.
En un principio trabajó para Watts y más adelante para el representante Mike Pence de Indiana, quien se convertiría en vicepresidente, además del representante Jim Jordan de Ohio y el senador Tim Scott de Carolina del Sur. Smith comenzó a ganar reconocimiento en Capitol Hill por su ambición, su determinación y su voluntad de trabajar con los demócratas, según más de diez amigos, colegas y funcionarios de la Casa Blanca que concedieron entrevistas para este artículo. Le ofrecieron empleo en la Casa Blanca, al mando de Trump, como asesor de políticas para asuntos urbanos en 2017.
“Muchas personas no estuvieron dispuestas a someterse a las críticas y el escrutinio”, dijo Darrell Scott, ministro y asesor informal de Trump, en referencia a las reacciones que tanto él como otras personas de raza negra, como el músico Kanye West, han recibido por expresar interés en trabajar con Trump.
Tras bambalinas, Smith colaboró con asesores sénior, en especial Kushner, quien lo describe como una persona dispuesta a trabajar en las pocas áreas de política en las que ha existido cierto bipartidismo.
Un ejemplo de esas áreas es la Ley del Primer Paso, el proyecto de reforma al sistema de justicia que Trump promulgó en 2018, así como otras áreas de la cartera de Kushner, incluida la reforma migratoria.
“Es pragmático, llega a acuerdos, es el tipo de persona que busca encontrar puntos de coincidencia”, dijo Kushner. “Está convencido de que hay que abordar temas que por lo regular los republicanos evitan”.
El trabajo de Smith con Kushner también forma parte de una estrategia de la Casa Blanca y la campaña de reelección del presidente para persuadir a los electores negros de ver más allá de Trump y considerar políticas del gobierno que buscan beneficiar a las comunidades minoritarias, como la reforma al sistema de justicia y los incentivos fiscales para empresas que inviertan en comunidades con dificultades denominadas zonas de oportunidad, aunque un estudio reciente determinó que las zonas de oportunidad todavía no estimulan la creación de empleos.
Era inevitable que Smith se viera en la necesidad de defender al presidente, en especial en respuesta a críticas por su orden ejecutiva relativa a la policía, que Smith ayudó a redactar.
Algunos críticos han señalado que el documento en realidad no promueve cambios radicales para solucionar el problema de racismo sistémico en la policía, incluso desde su lenguaje, pues ni siquiera prohíbe por completo someter a alguien por el cuello.
“En realidad crea un sistema que creará mejores relaciones entre la policía y la comunidad”, señaló Smith en una entrevista con el locutor de CNN Don Lemon. “En vez de retirarle financiamiento a la policía, queremos trabajar con estos departamentos de policía”.
Cuando el senador Chuck Schumer de Nueva York criticó la orden por considerarla una acción “moderada” del presidente que “no compensará sus años de retórica y políticas provocativas que buscan echar para atrás los avances logrados en años anteriores”, Smith respondió.
Smith comentó de frente en Fox News que Schumer “ayudó a crear el sistema que tenemos”.
No obstante, un amigo de Smith, que habló a condición de permanecer en el anonimato, comentó que le sorprendió ver que atacara a Schumer y describió a Smith como “estresado” en un mensaje de texto enviado después de esa aparición.
Otro amigo, que tampoco accedió a que se usara su nombre, afirmó que Smith había buscado el apoyo de su familia y su fe, así como su red de amistades, en vista de que Trump seguía promoviendo una campaña que parecía decidida a acentuar las divisiones raciales del país. Sin embargo, añadió que Smith no planea abandonar la Casa Blanca.
“Voy a decir esto”, comentó esa persona, “todos están listos para ayudar en cuanto no quiera seguir haciendo esto”.