En los más de 40 años desde que China y Estados Unidos establecieron relaciones diplomáticas formales, se han cruzado acusaciones, las tensiones han surgido y remitido y las dos partes se han visto peligrosamente cerca del enfrentamiento directo.
Sin embargo, el cierre forzoso del consulado chino en Houston y la represalia china de ordenar el cierre del consulado estadounidense de Chengdu marcan un nuevo mínimo en las relaciones entre las dos mayores economías del mundo, que no es fácil de resolver.
La desconfianza y el rencor que rodean a las disputas por supuesto robo de tecnología, seguridad nacional, derechos humanos, Hong Kong, Taiwán y el Mar de la China Meridional son ahora los principales motores de una relación que durante años aisló esos temas para impedir que pusieran trabas a los lazos comerciales y la cooperación en cuestiones como el programa nuclear de Corea de Norte y conflictos en Oriente Medio y África.
De cara al futuro, las perspectivas de reconciliación parecen escasas incluso si Estados Unidos elige a otro gobierno en noviembre.
Las autoridades chinas tomaron el control el lunes del antiguo consulado estadounidense en la ciudad de Chengdu, en el suroeste de China, después de ordenar su cierre en represalia por una orden estadounidense para cerrar el consulado chino en Houston hace unos días.
El Departamento de Estado de Estados Unidos expresó su decepción, indicando que “El consulado ha estado en el centro de nuestras relaciones con las personas del occidente de China, incluido el Tíbet, por 35 años”, dice el comunicado.
“Estamos decepcionados por la decisión del Partido Comunista de China y nos esforzaremos por continuar con nuestro alcance a la gente en esta importante región a través de nuestros otros puestos en China”.
Por su parte, el Ministerio chino de Exteriores emitió un breve comunicado indicando que “las autoridades competentes” habían entrado por la puerta principal y tomado el control de las instalaciones después de que los diplomáticos las cerraran a las 10 de la mañana.
Antes de eso, se arrió la bandera y varios trabajadores empezaron a retirar placas y otros signos de soberanía estadounidense en el exterior del complejo.
Eso dio una impresión de ruptura permanente que no se sintió en crisis anteriores, incluido el ataque con piedras en 1999 contra la embajada estadounidense, en respuesta al bombardeo de la OTAN contra la embajada china en Serbia, o la colisión en 2001 entre un avión de vigilancia estadounidense y un caza chino sobre el Mar de China Meridional.
Un día antes, el Ministerio chino de Exteriores emitió un comunicado en protesta por lo que describió como intrusiones en el consulado de Houston que incumplían la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, así como la Convención Consular China-Estados Unidos.
China mantiene consulados en San Francisco, Los Ángeles, Chicago y Nueva York, además de una embajada en Washington.
Estados Unidos tiene otros cuatro consulados en China y una embajada en Beijing.
La bandera estadounidense fue retirada de la misión en Chengdu a las 6:18 de la mañana, informó la televisora estatal china CCTV en su cuenta de redes sociales.
La policía acordonó una zona de dos a tres cuadras alrededor del consulado, cortando virtualmente cualquier vista de la propiedad, incluida de la bandera. Unos pocos vehículos pudieron pasar tras revisiones de la policía y se pudo ver a otros moviéndose a la distancia.
Camiones de mudanzas llegaron al consulado estadounidense en la víspera y se fueron unas pocas horas después. El domingo por la noche, unos remolques de plataforma ingresaron al complejo. Uno salió más tarde cargando un contenedor de gran tamaño y una grúa.
Antes de que la zona fuera acordonada, el inminente cierre del consulado atrajo a un flujo constante de espectadores durante el fin de semana mientras Chengdu, al igual que Houston, se encontró en el centro de la atención política internacional.