Un manifestante murió el lunes por la noche en Bielorrusia en las protestas contra la reelección para un sexto mandato del presidente Alexandre Lukashenko, dispersadas por la policía.
«Uno de los manifestantes trató de lanzar un objeto explosivo contra las fuerzas del orden, pero el objeto explotó en sus manos», matándolo, precisó la policía en comunicado.
La portavoz de la policía bielorrusa, Olga Tchemodanova, confirmó a la AFP la muerte del manifestante. Otras personas resultaron también heridas, indicó, sin dar más detalles.
La oposición cuestiona los resultados oficiales, que dan a Lukashenko vencedor con el 80,08% de los votos, y estima que hubo fraude.
Miles de personas salieron a las calles en diversos sitios de Minsk, la capital, y en otras ciudades de esta ex república soviética.
La candidata de la oposición refutó los resultados oficiales y pidió al presidente Alexandre Lukashenko que ceda el poder.
Svetlana Tijanóvskaya, que en unas semanas se convirtió en una rival inesperada del autócrata que lleva gobernando 26 años con mano de hierro Bielorrusia, denunció fraude tras el anuncio de la victoria del presidente saliente.
«El poder debe reflexionar sobre cómo cedernos el poder. Me considero vencedora de la elección», dijo esta novata política de 37 años, que denunció la represión de las manifestaciones contra la reelección del hombre fuerte de Bielorrusia, reprimidas con particular virulencia en Minsk, donde las fuerzas del orden lanzaron granadas y dispararon balas de caucho contra las miles de personas congregadas.
La opositora, que acusó al régimen de «mantenerse por la fuerza», no participará en las manifestaciones previstas este lunes para evitar «provocaciones» del poder.
El lunes por la noche, se levantaron barricadas en las calles centrales de Minsk, en una señal del aumento de las tensiones, y se escucharon varias explosiones, según periodistas de la AFP.
La víspera hubo 3.000 detenidos, así como medio centenar de civiles y 39 policías heridos en 33 localidades, según el Ministerio del Interior.
– «Preocupación» –
La Casa Blanca dijo el lunes estar «profundamente preocupada» por las elecciones presidenciales en Bielorrusia, e instó a las autoridades a permitir las manifestaciones antigubernamentales en medio de denuncias de fraude.
«La intimidación de los candidatos de la oposición y la detención de manifestantes pacíficos» fueron algunos de los numerosos factores que «empañaron el proceso», dijo la secretaria de prensa del presidente Donald Trump, Kayleigh McEnany.
«Instamos al gobierno bielorruso a respetar el derecho a reunirse pacíficamente y abstenerse del uso de la fuerza», agregó en rueda de prensa.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, denunció la «detención de «manifestantes pacíficos y periodistas» e igualmente fustigó los cortes de internet «que obstaculizaron la capacidad del pueblo bielorruso de compartir informaciones sobre la elección y las manifestaciones».
Antes, la Comisión Europea, así como Francia, Alemania y Reino Unido, y la OTAN, habían condenado la represión. Varsovia pidió una cumbre de la UE consagrada a este asunto.
En cambio, los dirigentes ruso y chino, Vladimir Putin y Xi Jinping, y el venezolano Nicolás Maduro, felicitaron al presidente Lukashenko.
En las últimas semanas, el presidente biolorruso había acusado a Moscú de querer someter a su país y de buscar desestabilizarlo, en particular, con el envío de mercenarios.
Lukashenko afirmó este lunes que las manifestaciones fueron «teledirigidas» desde el exterior y no dejará que su país sea «hecho pedazos».
«Lukashenko no es digno de ser presidente. Avergüenza a nuestro país con sus actos», declaró a la AFP uno de los manifestantes, Pavel, un empresario de 34 años.
En 2010, tras la presidencial, las manifestaciones de la oposición habían sido brutalmente reprimidas.
– Represión creciente –
Alexandre Baunov, del centro Carnegie de Moscú, vaticina un «recrudecimiento de la represión» en caso de que sigan las protestas y de «fuertes penas de cárcel».
La campaña electoral se vio marcada por un fervor inédito por Svetlana Tijanóvskaya, que reemplazó a su marido, un conocido bloguero, en la carrera a la presidencia tras su detención en mayo.
La candidata instó a sus seguidores a llevar un brazalete blanco cuando fueran a votar y a fotografiar sus papeletas de voto para dificultar los fraudes.
Las autoridades redoblaron los esfuerzos al final de la campaña para frenar a la opositora y no dudaron en detener a una decena de sus colaboradores.
Ante el auge de su candidatura, los principales rivales de Lukashenko habían sido apartados. Dos están detenidos.
La movilización en torno a Tijanóvskaya se produjo pese a las dificultades económicas, agravadas por las tensiones con Rusia, y la respuesta de Lukashenko a la epidemia del coronavirus, a la que tildó de «psicosis».