En una opinión dividida, la Corte Federal de Apelaciones del 9no Circuito reinstauró un interdicto que prohíbe a agentes federales utilizar la fuerza, amenazar o emitir órdenes de dispersión en contra de periodistas y observadores legales que estén realizando su labor en las manifestaciones que se llevan a cabo en Portland, Oregon.
El fallo de 2-1 emitido el viernes restaura la orden emitida por el juez federal Michael H. Simon. Dicha medida quedó suspendida cuando el gobierno del presidente Donald Trump impugnó la orden de Simon. La decisión del tribunal de apelaciones restaura la prohibición en lo que sopesa la apelación del gobierno federal.
Las agencias federales “defienden un interés público muy importante, pero los antecedentes respaldan plenamente la conclusión de la corte de distrito de que el interés de los defensores federales no requiere de la dispersión de los demandantes”, de acuerdo con la opinión de la mayoría. “No han amenazado propiedades federales, y los periodistas, en particular, proporcionan un servicio público de importancia vital”.
El Departamento de Justicia no ha comentado sobre el fallo hasta el momento.
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus iniciales en inglés) de Oregon, que interpuso la demanda colectiva inicial a nombre de periodistas y observadores legales, aplaudió la noticia.
“Es un triunfo crucial para las libertades civiles y la libertad de prensa, que son fundamentales para el funcionamiento de nuestra democracia. La opinión de la corte afirma que el gobierno no puede usar la violencia para controlar el discurso de lo que está sucediendo en estas históricas protestas”, dijo el abogado Matthew Borden.
La demanda incluyó declaraciones juradas de periodistas, entre ellos un fotógrafo colaborador de The Associated Press, y de observadores legales a los que los agentes federales dispararon municiones no letales.
El gobierno de Trump desplegó agentes del Departamento de Seguridad Nacional en Portland durante el verano para ayudar a controlar las protestas contra la injusticia racial que se centraban cada vez con más frecuencia en el Tribunal Mark O. Hatfield y otras propiedades federales.
La presencia de los agentes federales provocó que miles de residentes se unieran a las manifestaciones.
Varios periodistas y fotógrafos aseguraron que les arrojaron gas lacrimógeno, granadas aturdidoras y aerosol pimienta mientras intentaban documentar las manifestaciones.