Criticó que en las anteriores discusiones solo participaron los líderes tradicionales, mientras dirigentes políticos moderados, que creen en la democracia y el poder de las urnas, quedaron fuera de las negociaciones.
También Lynné Balthaza, presidente del partido gobernante Tet Kale, apostó por el diálogo, e insistió en la búsqueda de soluciones pacíficas a los problemas del país.
Deploró que la oposición quiera tomar el poder sobre el fracaso de quien esté en el cargo, y denunció los esfuerzos de los hostiles por crear mayor turbulencia política.
Haití se adentra a proceso electoral en medio de un complejo panorama sociopolítico, marcado por divisiones entre franjas de la oposición, incremento de la inseguridad y mientras bandas armadas socavan la autoridad del Estado.
Los sufragios organizados por Moïse son fuente de intensa polémica, en especial tras la instalación de un Consejo Electoral Provisional (CEP), sin el consenso de las diferentes fuerzas del país.
Para muchos actores, el país no está en condiciones de afrontar comicios, pese a que el jefe de Estado gobierna por decreto y sin la contraparte del Parlamento, disfuncional desde enero pasado.
Max Mathurin, quien integró el CEP, subrayó que las elecciones celebradas en malas condiciones solo empujarán al país a una nueva crisis, mientras el presidente Jovenel Moïse, aún tiene mucho que hacer para convencer a otros actores del proceso.