El expresidente de Argentina Carlos Ménem, figura instrumental en la política del país latinoamericano durante la década de los 90, ha fallecido este domingo a los 90 años de edad en el sanatorio de Los Arcos, en Buenos Aires, donde estaba ingresado por una infección urinaria tras padecer problemas cardíacos.
El antiguo mandatario, que gobernó Argentina entre 1989 y 1999, había tenido numerosos problemas de salud en los últimos tiempos. Solo durante este año ha estado ingresado otras dos veces, una por una neumonía y otra por baja saturación en sangre.
La noticia del fallecimiento ha sido confirmada por el entorno del exmandatario al diario ‘Clarín’, tras constatar que la salud de Menem se complicó en las últimas horas. «Lamentablemente acaba de fallecer», ha declarado posteriormente su exposa Zulema Yoma, según recoge la agencia de noticias Télam.
Menem, uno de los presidentes más mediáticos de la historia del país, llegó al poder como candidato del histórico Partido Justicialista en 1989, cinco meses antes de lo previsto por la dimisión de su predecesor, Raúl Alfonsín, en medio de disturbios, saqueos y una situación económica crítica.
DE LAS PROMESAS DE «REVOLUCIÓN PRODUCTIVA» AL NEOLIBERALISMO
En campaña había prometido una «revolución productiva» y un «salariazo» para subir las retribuciones de la clase trabajadora, pero enseguida se apartó de su programa lanzó una política de privatizaciones, reducción de las protecciones legales de los trabajadores y una estrategia de «relaciones carnales» con Estados Unidos que acercaron a Argentina al gigante norteamericano.
Con Domingo Cavallo como «superministro» de Economía, impuso un Plan de Convertibilidad que hizo que los argentinos vivieran durante años con paridad cambiaria, en la que un peso equivalía a un dólar, germen junto a otros factores de la crisis económica, social y política que estalló en el 2001.
Con Menem se disparó la conflictividad social por las pérdidas de puestos de trabajo a causa de las privatizaciones y la precarización del mercado laboral al ritmo del plan de flexibilización diseñado a medida del empresariado. Así fueron privatizadas YPF, Gas del Estado, Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y el complejo minero-siderúrgico Hipasam-Altos Hornos Zapla-Somisa.
En el ámbito meramente político, Menem, quien estuvo preso de la dictadura militar, enarboló el argumento de la reconciliación nacional para firmar en 1990 uno de sus más polémicos decretos: el indulto con el que liberó a los comandantes de la Junta Militar condenados por graves delitos contra la humanidad.
En 1994 impulsó una reforma de la Constitución que abrió la posibilidad de la reelección presidencial, hasta entonces vedada, y le permitió perpetuarse en el poder, aunque redujo de seis a cuatro años el periodo presidencial.
Para la historia visual quedan imágenes de sus extravagancias que aunaban política, deporte y espectáculo, como cuando jugó en un estadio repleto junto a Diego Armando Maradona vistiendo ambos la camiseta de la selección argentina.
Su estrella política comenzó su declive en enero de 2003, cuando ante su intentona de obtener la nominación presidencial por el Partido Justicialista, la formación tomó la insólita decisión de permitir varias candidaturas con sus siglas a las elecciones presidenciales.
Un Néstor Kirchner al alza se hizo con una segunda plaza para la segunda vuelta de las elecciones por detrás de Menem (22 a 24,3 por ciento) y finalmente se impuso al histórico líder justicialista y Kirchner, impulsado en las encuestas por el rechazo a Menem, finalmente se impuso sin siquiera votar tras la retirada de Menem de la carrera, dando vía libre a un peronismo de izquierda.
En 2013, y ya como senador por La Rioja, un tribunal de apelaciones confirmó una condena que le declaró culpable de participar en la venta de armas a Ecuador y Croacia. Como senador en ejercicio, evitó la cárcel en virtud de una ley que otorgaba inmunidad legal a los legisladores. A Menem, que se divorció dos veces, le sobreviven tres hijos: una hija, Zulema, y los hijos Carlos Nair y Máximo.
REACCIONES
Tras la muerte de Menem, el presidente argentino, Alberto Fernández, ha decretado tres días de duelo nacional a partir de este domingo con motivo del fallecimiento de Menem.
«Con profundo pesar supe de la muerte de Carlos Saúl Menem. Siempre elegido en democracia, fue gobernador de La Rioja, Presidente de la Nación y Senador Nacional», ha publicado Fernández en su cuenta en Twitter.
Fernández ha destacado que Menem «en dictadura fue perseguido y encarcelado» y ha trasladado sus condolencias a la familia: «Vaya todo mi cariño a Zulema, a Zulemita y a todos los que hoy lo lloran».
Esta felicitación institucional pero cercana contrasta con la distancia manifestada por la vicepresidenta, Cristina Fernández: «Ante el fallecimiento del ex presidente Carlos Saúl Menem quiero expresar mis condolencias a su familia y a sus compañeros y amigos».
El antecesor de Alberto Fernández en el cargo, el conservador Mauricio Macri, ha destacado las cualidades personales de Menem. «Lamento profundamente la muerte del ex presidente Carlos Saúl Menem. Nos deja ante todo una buena persona, a quien recordaré con mucho afecto. Mis condolencias a sus familiares y amigos», ha publicado en Twitter.
Otras voces como la del periodista Jorge Lanata lo que destacan son las tramas corruptas en las que se vio implicado: «Murio Carlos Saúl Menem. El Congreso deja de tener a un corrupto menos en sus bancas», ha indicado también en Twitter.