ROMA.- En el Día Mundial del Refugiado, el Papa llama la atención sobre el sufrimiento de las personas que han tenido que abandonar sus hogares. En su rezo dominical del Ángelus en la plaza de San Pedro ha pedido más solidaridad, menos indiferencia y que se pongan en marcha mecanismos de acogida y corredores humanitarios para los refugiados.
«Abramos nuestro corazón a los refugiados, hagamos nuestras sus tristezas, sus alegrías, aprendamos de su valiente resistencia. Así todos juntos haremos crecer una comunidad más humana, una gran familia», ha destacado el pontífice.
Francisco también ha lamentado la situación que se está viviendo en Birmania. Ha pedido que sean respetados los lugares neutrales de refugio como las iglesias, los templos o las pagodas.
«Uno mi voz a la de los obispos de Birmania, que la semana pasada hicieron un llamamiento para llamar la atención del mundo entero sobre la devastadora experiencia de miles de personas que han tenido que abandonar sus hogares y que se están muriendo de hambre», ha recordado el Papa.
Según Cruz Roja Birmania, 236.000 personas necesitan ayuda urgente. El último informe de la ONU señala que el número de personas desplazadas alcanzó el récord de 82 millones 400.000 en 2020. Supone que el número de desplazados se haya duplicado en una década.