BOGOTA.- ¿Se acuerdan de ella? Es Ingrid Betancourt. Pasó seis años secuestrada por las FARC en la jungla colombiana. Trece años después de su liberación, gracias a una operación militar, la excandidata a la presidencia colombiana se ha vuelto a ver cara a cara con sus captores, los altos mandos de la antigua guerrilla, en un acto organizado por la Comisión de la Verdad.
En su declaración, se ha lamentado de que aún hoy las únicas lágrimas sigan siendo las de las víctimas.
«Algún día tendremos que llorar juntos, por el sufrimiento de ustedes, el de su vida, por el sufrimiento que nos causaron, a nosotros, a nuestros hijos, a nuestras familias. Y por el sufrimiento en Colombia», les espetó a los exguerrilleros.
El último líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», hoy líder del partido político Comunes, reconoció expresamente la responsabilidad por los crímenes.
«A quienes nunca regresaron del secuestro, a quienes perdieron la vida en nuestras manos, a sus allegados agobiados durante años por su ausencias y desconcierto, les suplicamos perdonarnos por la terrible afrenta ocasionada», afirmó.
Ocho altos comandantes de las antiguas FARC, entre ellos Rodrigo Londoño, fueron inculpados a principios de años por crímenes contra la humanidad por el secuestro de más casi 21 400 personas entre 1990 y 2016.
La antigua guerrilla, reconvertida en partido político, ha reconocido que los secuestros fueron un grave error, un error que ha dejado hondas heridas en Colombia.