WASHINGTON, 19 Jul. – La Justicia de Estados Unidos ha condenado este lunes a ocho meses de prisión a uno de los partidarios del expresidente Donald Trump que asaltaron el Capitolio el 6 de enero, la que es la primera condena por un delito grave impuesta a un participante en el incidente.
En concreto, Paul Allard Hodgkins se declaró culpable del cargo de obstrucción de un procedimiento oficial –el asalto tuvo lugar cuando el Congreso celebraba una sesión conjunta para ratificar la victoria de Joe Biden en las elecciones–, que puede acarrear una sentencia máxima de 20 años de prisión.
El juez Randolph Moss ha reconocido el arrepentimiento mostrado por Hodgkins por su participación en el asalto, pero ha incidido en que lo sucedido en enero fue «escalofriante». «La democracia requiere la cooperación del Gobierno», ha señalado el juez, antes de aseverar que, «cuando una turba se prepara para atacar el Capitolio para evitar que nuestros representantes electos lleven a cabo sus labores constitucionales, la democracia está en peligro».
Los fiscales habían pedido una pena de 18 meses de prisión para Hodgkins, con el argumento de que había aceptado su responsabilidad en lo ocurrido en el Capitolio, pero que había tenido voluntad de participar en el asalto y lo había hecho de forma activa.
Aunque Hodgkins no estaba acusado de llevar a cabo ningún acto violento durante el incidente, los fiscales subrayaron que sí entró en el complejo y, una vez en el Senado, estuvo allí portando una bandera con el lema ‘Trump 2020’, guantes de látex y gafas protectoras, entre otros objetos. Según las investigaciones, el ahora condenado había viajado desde Tampa, Florida, para acudir al mitin sobre el supuesto fraude electoral de Trump.
Durante la audiencia de este lunes, Hodgkins se ha disculpado por su participación en el asalto y ha señalado que ahora reconoce a Biden como presidente de Estados Unidos.
Partidarios de Trump asaltaron el Capitolio cuando el Congreso celebraba una sesión conjunta para ratificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales, celebradas el 3 de noviembre. El expresidente Trump rechazó repetidamente el resultado electoral, afirmando que se había producido un «fraude», aunque sin proporcionar pruebas al respecto. El incidente dejó cinco muertos.