El papa Francisco hizo el domingo un llamado para poner fin a la práctica de devolver a los migrantes rescatados en el mar a Libia y otros países inseguros donde sufren “violencia inhumana”, y pidió a la comunidad internacional que encuentre formas concretas de gestionar los flujos migratorios en el Mar Mediterráneo.
“Expreso mi cercanía a los miles de migrantes, refugiados y otras personas que necesitan protección en Libia”, dijo Francisco al público reunido en la Plaza de San Pedro. “Nunca les olvido, escucho su llanto y rezo por ustedes”.
“Muchos de estos hombres, mujeres y niños están sujetos a violencia inhumana”, agregó. “Una vez más pido a la comunidad internacional que cumpla las promesas de buscar soluciones comunes, concretas y duraderas para gestionar los flujos migratorios en Libia y todo el Mediterráneo”.
“Necesitamos dejar de enviar (migrantes) de regreso a países inseguros y dar prioridad a la salvación de vidas humanas en el mar con protocolos regulares de rescate y desembarco, para garantizarles condiciones de vida dignas, alternativas a la detención, trayectorias regulares de migración y acceso a los procedimientos de asilo”, señaló Francisco.
Defensores de los derechos humanos han criticado a Italia y Malta por dejar a los migrantes a bordo de botes de rescate abarrotados antes de asignarles un puerto seguro.
Representantes de la agencia de la ONU para los refugiados y de organizaciones de derechos humanos han denunciado durante mucho tiempo las condiciones de los centros de detención para migrantes en Libia, citando prácticas de golpizas, violaciones y formas de tortura y alimentación insuficiente.
Entretanto, se reportó que cientos de migrantes estaban en el Mediterráneo esperando un puerto donde atracar, o apenas llegando a las costas de Sicilia o de la península italiana tras partir de Libia y Turquía. Una endeble balsa de migrantes envió una desesperada llamada de auxilio.
El grupo humanitario Alarm Phone reportó que 60 a bordo de la endeble balsa le habían contactado pidiendo auxilio porque la balsa se estaba desinflando, pero luego añadió que había perdido contacto. Un buque estaba acercándose a la balsa, que estaba en aguas de Malta, añadió.
Por otra parte, la agrupación Médicos sin Fronteras reportó que 296 migrantes a bordo de su buque Geo Barents estaban frente a Malta esperando autorización para desembarcar. Seis migrantes dieron positivo al COVID-19, pero debido a lo atestado de la embarcación, no fue posible mantenerlos distanciados de los demás, añadió la agrupación.
En Sicilia, una embarcación con 406 migrantes operada por el grupo humanitario alemán Sea-Watch recibió permiso para entrar a puerto.
En Roccella Ionica, un poblado en la “punta” de la península italiana, la Cruz Roja informó que unos 700 migrantes, algunos de Afganistán, llegaron a la costa de Calabria en días recientes, en embarcaciones que salieron de Turquía.
Las autoridades calculan que en lo que va de año, unos 3.400 migrantes han llegado a Roccella Ionica, un pueblo de 6.000 habitantes, comparado con 480 en todo el 2019. Los migrantes llegaron en los últimos días y están siendo alojados en campamentos de carpas, reportó la emisora RAI.