El Gobierno de Nicaragua informó este lunes que todos los bienes que tenía el Gobierno de Taiwán en el país centroamericano quedan “con absoluta e irrestricta propiedad de dominio” de China, como producto del establecimiento de relaciones con el gigante asiático tras haberlas roto con la isla.
“El reconocimiento de parte de un Estado, de la realidad de una sola China, como ocurrió en el caso de Nicaragua el 9 de diciembre de 2021, implica el inmediato registro de todos los bienes inmuebles, muebles, equipos y medios, a favor del Estado reconocido, la República Popular China, con absoluta e irrestricta propiedad de dominio”, indicó la Procuraduría General nicaragüense, en una nota pública.
Nicaragua informó de su decisión luego de que el diario La Prensa, el más antiguo del país, dijo haber confirmado que, antes de abandonar el territorio nicaragüense, la representación de Taiwán entregó en donación todos sus bienes a la Iglesia Católica, crítica del Gobierno del presidente Daniel Ortega, quien ha acusado a los religiosos de estar detrás de un supuesto “golpe de Estado”.
“De acuerdo a nuestra legislación, no caben transacciones, traslados, o traspasos entre estas, supuestas donaciones, cuya intención solo evidencia la naturaleza ilegal y voraz de quienes pretenden, con maniobras y subterfugios, apropiarse de lo ajeno”, agregó la Procuraduría.
De acuerdo con el diario La Prensa, hasta ayer la Iglesia Católica, que hasta ahora no se ha pronunciado sobre el caso, estaba en proceso de registrar las propiedades donadas por Taiwán, considerada por China una provincia rebelde.
La Procuraduría General de la República de Nicaragua advirtió de posibles acciones judiciales contra los reclamantes.
“Aquellas entidades que insistan en ilegítimos e ilegales reclamos, quedarán expuestas a los tribunales y acciones judiciales correspondientes”, sostuvo la institución gubernamental.
Nicaragua rompió relaciones con Taiwán luego de 31 años, cuando la isla se había convertido en el principal cooperante y uno de los principales socios comerciales del país centroamericano, en un contexto en que la economía nicaragüense había mermado como producto de la crisis sociopolítica iniciada con el estallido antigubernamental de 2018.
Nicaragua ya había tenido relaciones diplomáticas con China entre 1985 y 1990, durante la primera época de Ortega como presidente.