El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva mantiene una amplia ventaja de unos 20 puntos sobre el actual mandatario, Jair Bolsonaro, que le permitiría ganar las elecciones del 2 de octubre en la primera vuelta, según un sondeo publicado ayer jueves.
La encuesta, elaborada por el Instituto Datafolha, otorga al candidato del Partido de los Trabajadores (PT) un 47 % de las intenciones de voto frente al 28 % que obtendría el líder ultraderechista.
De esta forma, la ventaja del exgobernante progresista (2003-2010) sigue prácticamente estable y se sitúa ahora en 19 puntos frente a los 21 del anterior sondeo de mayo, que entonces dio a Lula un 48 % y un 27 % a Bolsonaro.
No obstante, si se excluye el 7 % de los votos blancos y nulos apuntados por Datafolha y que la Justicia Electoral no tiene en cuenta para el cómputo final, Lula ganaría en la primera vuelta de los comicios con un 53 % de los sufragios frente al 32 % de Bolsonaro, consolidando el escenario anticipado en mayo pasado.
El sondeo, que tiene un margen de error de 2 puntos, reafirma, por otro lado, la fuerte polarización entre Lula y Bolsonaro, pues ningún otro candidato se acerca a los dos máximos favoritos.
En tercer lugar aparece el líder laborista Ciro Gomes, con un 8 % de los apoyos (7 % en mayo), y por detrás se sitúan una serie de candidatos de centro-derecha que se mueven entre el 1 % y el 2 %, entre ellos la senadora Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB).
El sondeo se realizó entre el miércoles y este jueves a partir de 2.556 entrevistas presenciales en 181 ciudades del país.
El resultado va en línea con el resto de encuestas publicadas hasta la fecha, que también prevén una victoria holgada del expresidente progresista, en momentos en que la popularidad de Bolsonaro se resquebraja en diversos frentes.
En la víspera, el ex ministro de Educación Milton Ribeiro y dos pastores evangélicos próximos a Bolsonaro fueron detenidos por sospechas de haber montado una trama corrupta que incluía extorsiones a alcaldes y pago de sobornos para liberar recursos de esa cartera.
No obstante, un juez de segunda instancia revocó hoy la orden de prisión contra el exministro de Bolsonaro.
El panorama económico también está debilitado, con una inflación de casi el 12 % que ha disminuido de forma aguda el poder de compra de los brasileños y obligado al Banco Central a elevar los tipos oficiales de interés hasta el 13,25 %, su nivel más alto desde diciembre de 2016.
El Gobierno de Bolsonaro ha intentado sin éxito contener el alza de los combustibles, que junto con los alimentos son los productos que más han subido, con varios cambios en la Presidencia de la petrolera estatal Petrobras.
Asimismo, busca revertir el descontento entre los funcionarios, que exigen el reajuste de sus salarios, y los transportistas, que integran la base social de apoyo a Bolsonaro y se han visto afectados por el alza de los hidrocarburos, con medidas que, por el momento, no salen del papel.
La Administración Bolsonaro también recibió duras críticas este mes por la desaparición y el asesinato, en una zona remota de la Amazonía, del experto indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips, cuyos cuerpos sólo fueron hallados días después tras la confesión de un pescador furtivo.
La tragedia traspasó fronteras y llegó hasta la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, que denunció que la respuesta inicial de Brasil para dar con el paradero de Pereira y Phillips fue «muy lenta» y que «incluso hubo algunos comentarios despectivos» por parte de algunas autoridades.