El primer ministro de Haití, Ariel Henry, destacó este miércoles la mejora que ha experimentando la Policía Nacional del país desde que asumiera el cargo hace un año, tras el asesinato del presidente Jovenel Moise, al que siguió un recrudecimiento de la violencia de las bandas armadas.
Durante una rueda de prensa convocada en el aniversario de su toma de posesión como primer ministro, Henry hizo un repaso del funcionamiento de las fuerzas policiales, que, según dijo, ahora son conscientes de que cuentan con el apoyo de su mando y de los dirigentes del cuerpo del orden.
«Un año después, la diferencia es palpable. Creemos que hay policías más motivados para cumplir su noble, difícil y a veces peligrosa misión. Los hombres y mujeres que tienen la pesada tarea de mantener a raya a las bandas armadas están ahora de buen humor», dijo.
Aunque «esto les da confianza para luchar mejor», reconoció que la Policía Nacional necesita más material, formación y equipamiento para derrotar el poder de los bandidos que controlan el área metropolitana de Puerto Príncipe.
Como primer ministro, Henry encabeza el Consejo Superior de la Policía Haitiana (CSPH) y, según explicó, cuando tomó posesión del cargo encontró a la institución «desmoralizada» y «desmovilizada», lo que lo llevó a preguntarse por su eficacia, indicó.
La población «empezaba a perder la confianza en la Policía y se preguntaba qué hacer para tener un mínimo de protección», ante el empeoramiento de la situación de seguridad que ha creado inquietud en la ciudadanía, expuesta a los excesos de los grupos armados.
«Las exacciones de las bandas armadas, los numerosos crímenes y masacres que han quedado impunes hasta hoy, el aumento de los secuestros, el prolongado bloqueo de la carretera de Martissant, que ha aislado a cuatro departamentos del resto del país, han contribuido a sembrar la duda en la población, así como en la Policía e, incluso, en los extranjeros», dijo.
Henry recordó las condiciones «dolorosas y dramáticas» en las que llegó al Gobierno del país y afirmó que «la trágica muerte del presidente Moise sacudió fuertemente a la Policía Nacional de Haití (PNH).
«La precariedad de los medios» puestos a disposición de la institución policial «ha complicado aún más la situación. Más que un problema de medios, la Policía se enfrentaba a graves problemas de organización», ante los que «el Gobierno ha tomado medidas y ha emprendido las reformas necesarias, afirmó.
Ariel Henry ostenta el poder como primer ministro desde hace justo un año, pero en su gestión no ha logrado propiciar las condiciones necesarias para celebrar elecciones, de modo que el Gobierno de Haití no fue elegido en las urnas, como consecuencia del asesinato de Moise.
En este tiempo, la Policía Nacional ha demostrado que no tiene capacidad para doblegar a las bandas armadas, que no han hecho más que ganar poder tras el magnicidio, aunque ya hacían cundir el terror en el área metropolitana de la capital en sus enfrentamientos por controlar el territorio.