El organismo tiene constancia de que el propio Ministerio de Educación iraní confirmó hace unos días que un número indeterminado de niños habían sido enviados a centros de tratamiento psicológico después de ser detenidos en las protestas antigubernamentales.
Las manifestaciones ciudadanas han cumplido un mes, tras estallar a raíz de la muerte de la joven Mahsa Amini, de 22 años, detenida tres días antes por la denominada «policía de la moral» por supuestamente llevar mal puesto el velo y fallecida en custodia.
Por otra parte, la ONU tiene información sobre «arrestos masivos» de defensores de los derechos humanos, periodistas, estudiantes, abogados, activistas medioambientales, artistas y todo aquel que pueda ser percibido como opositor al régimen.
Muchos de ellos fueron enviados a la prisión de Evin, localizada en Teherán y donde el pasado sábado hubo un gran incendio en el que al menos ocho internos murieron y más de sesenta resultaron heridos, según la información oficial.
Si embargo, la ONU considera que los elementos de ese incendio no están claros. Algunos prisioneros habrían sido golpeados durante el incidente y transferidos a otros lugares de detención.
La ONU ha denunciado repetidamente situaciones de torturas y negligencia médica en las cárceles iraníes, así como procedimientos ilegales que afectan los derechos de los detenidos, como negarles acceso a un abogado o mantenerlos incomunicados.
elcaribe.com