Un jefe de estación señalado de provocar el peor desastre ferroviario en la historia de Grecia fue acusado el domingo de homicidio negligente y encarcelado hasta que se lleve a cabo su juicio, y a su vez el primer ministro Kyriakos Mitsotakis se disculpó por cualquier responsabilidad que el gobierno pudiese tener en la tragedia.
Un juez examinador y un fiscal acordaron que debían presentarse varios cargos de homicidio y de lesiones corporales, al igual que de riesgos a la seguridad en el transporte en contra del empleado ferroviario.
Al menos 57 personas, muchas de ellas adolescentes o de poco más de 20 años, murieron cuando un tren de pasajeros que viajaba en dirección norte chocó el martes por la noche con un tren de carga que circulaba en dirección opuesta al norte de la ciudad de Larissa, en el centro de Grecia.
El jefe de estación, de 59 años, supuestamente dio paso a la misma vía a los dos trenes que viajaban en sentidos opuestos. El domingo testificó durante 7 horas y media acerca de los eventos que dieron pie al choque antes de que se le presentaran cargos y se le ordenara que permaneciera detenido.
“Mi cliente testificó con sinceridad, sin temor de que hacerlo lo incriminaría”, declaró Stephanos Pantzartzidis, abogado del jefe de estación. “La decisión (de detenerlo) ya se preveía, dada la importancia del caso”.
Pantzartzidis dejó entrever que otras personas además de su cliente compartían la culpa, señalando que los jueces deberían investigar si más de un jefe de estación debería haber estado trabajando en Larissa al momento del choque.
“Durante 20 minutos, él estuvo a cargo de la seguridad (ferroviaria) en todo el centro de Grecia”, dijo el abogado acerca de su cliente.
La prensa de Grecia ha informado que el sistema automatizado de señalizaciones en la zona del choque no estaba funcionando, lo cual favoreció el error del jefe de estación. Los jefes de estación de esa parte de la línea central de Grecia se comunican entre sí y con los operadores de trenes con radios de dos vías, y los cambios de vías se operan de forma manual.
El primer ministro prometió una pronta investigación sobre el choque, y dijo que el nuevo ministro de Transporte de Grecia presentaría un nuevo plan para mejorar la seguridad. Una vez que se establezca un nuevo Parlamento, se creará una comisión para investigar las malas gestiones de décadas en el sistema ferroviario del país, añadió Mitsotakis.
En una declaración inicial el miércoles, Mitsotakis había dicho que el choque había sido resultado de un “trágico error humano”. Los partidos de oposición criticaron dicha declaración, acusando al premier de intentar encubrir la participación del Estado y de tratar de convertir al inexperto jefe de estación en un chivo expiatorio.
“Les debo a todos, en particular a los familiares de las víctimas, una enorme disculpa, personal y en nombre de todos los que gobernaron el país durante tantos años”, escribió Mitsotakis en Facebook el domingo. “En 2023 es inconcebible que dos trenes circulen en direcciones opuestas sobre la misma vía y nadie se dé cuenta. No podemos, no queremos y no debemos ocultarnos detrás del error humano”.
La policía y los fiscales no han dado a conocer el nombre del jefe de estación, según ordena la ley griega. Sin embargo, Hellenic Railways, también conocida como OSE, reveló su nombre el sábado en un anuncio en el que suspendió al inspector de la compañía que lo nombró al puesto. El jefe de estación también ha sido suspendido.
Medios de comunicación griegos han reportado que el jefe de estación, exmaletero de la compañía ferroviaria, fue transferido a un puesto de oficina del Ministerio de Educación en 2011, cuando los acreedores de Grecia exigieron reducciones en el número de empleados públicos. El funcionario fue transferido de vuelta a la compañía ferroviaria a mediados de 2022 e inició un curso de 5 meses para convertirse en jefe de estación.
Tras concluir el curso se le asignó a Larissa el 23 de enero, según una publicación que efectuó en Facebook. Sin embargo, durante el siguiente mes estuvo rotando entre otras estaciones antes de regresar a la de Larissa a fines de febrero, unos días antes del choque del 28 de ese mes, reportaron medios griegos.
Sindicatos ferroviarios organizaron una protesta el domingo en el centro de Atenas, a la que acudieron unas 12.000 personas, según las autoridades.
Cinco personas fueron arrestadas y siete policías resultaron heridos cuando un grupo de más de 200 individuos enmascarados y vestidos de negro comenzaron a arrojar trozos de mármol, piedras, botellas y bombas incendiarias a los agentes, que iniciaron una persecución a lo largo de una avenida céntrica, lanzando gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
En Salónica, unas 3.000 personas asistieron a dos manifestaciones. Varias de las víctimas de los choques eran estudiantes de la Universidad Aristóteles, la mayor de Grecia, la cual cuenta con más de 50.000 alumnos.
La protesta de mayor tamaño, organizada por activistas de izquierda, avanzó hasta llegar a un edificio gubernamental. En ese evento no se reportaron incidentes.
En la otra, organizada por miembros del Partido Comunista en la Torre Blanca, el monumento distintivo de la ciudad, hubo un breve forcejeo con la policía cuando los inconformes intentaron colocar una manta sobre el monumento.
“El Partido Comunista organizó una protesta simbólica hoy frente a la Torre Blanca con el fin de denunciar el crimen de Tempe, porque es un crimen premeditado, un crimen cometido por la compañía y el Estado burgués que respalda a estas compañías”, le dijo Giannis Delis, un legislador comunista, a The Associated Press.