Redacción
MANAGUA.- La última embestida del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra opositores en Nicaragua ha sido una redada que dejó más de 40 personas detenidas.
El aparato del poder sandinista celebró unos juicios exprés y sin garantías en plena madrugada y dictó arresto domiciliario para casi la mitad de estos activistas, líderes campesinos y periodistas.
El esquema de acusación masiva por delitos como “menoscabo de la soberanía nacional” y “propagación de noticias falsas” supone un retorcido y novedoso método que pretende sembrar el terror y, en última instancia, provocar exilios forzados.
El alcance del operativo solo es comparable con la conocida como Operación Limpieza de 2018, a la que este miércoles se anunció la confiscación de los bienes de la Cruz Roja y la cancelación de su personalidad jurídica.