WASHINGTON. La secretaría general de la OEA anunció el miércoles la creación de un grupo de trabajo para evaluar el impacto de la migración venezolana, y el inicio “inmediato” de la captación de fondos para cumplir con sus recomendaciones.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, informó estas medidas al cerrar una sesión extraordinaria del consejo permanente del organismo, convocado “para considerar la crisis migratoria originada por la situación en Venezuela”.
El grupo de trabajo deberá determinar “la escala completa de la migración venezolana y la crisis de refugiados” y emitir sus recomendaciones para atender el fenómeno, explicó.
Entre los objetivos a mediano plazo, destacó la regularización de los migrantes en temas laborales, de ingreso, de educación y de acceso a la salud. También deberá “resolver las cuestiones más urgentes” que afectan a los migrantes en el corto plazo, como las enfermedades y los problemas de alimentación y vivienda.
La secretaría general de la OEA buscará “de inmediato” captar “recursos financieros nuevos y adicionales para responder a las necesidades en el terreno e implementar las recomendaciones que pudieran surgir del informe”, añadió.
En declaraciones a periodistas, dijo que el grupo de trabajo estará liderado por el exalcalde opositor venezolano David Smolansky, actualmente en el exilio.
Es “una persona absolutamente comprometida con la causa de los migrantes venezolanos y que definitivamente tiene una impronta de cercanía, porque ya ha visitado los campamentos y ha estado cerca de la gente tanto en Brasil como en Colombia”, dijo.
Venezuela, sumida en una gravísima crisis económica con hiperinflación y escasez de bienes y servicios, ha visto en los últimos meses un éxodo masivo de su población, en particular a Colombia, Brasil, Perú.
De acuerdo con la ONU, de los 2,3 millones de venezolanos que viven en el extranjero (7,5% de la población de 30,6 millones), más de 1,6 millones han huido desde 2015, cuando empezó a empeorar la situación socioeconómica en la otrora potencia petrolera.
El martes en Quito once países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay) firmaron una declaración que exhorta a Maduro a aceptar ayuda humanitaria con el fin de “descomprimir la crítica situación”.
Un proyecto de resolución de la OEA tenía previsto exigir a Venezuela la apertura de un canal para hacer llegar ayuda a la población, pero finalmente no se presentó, dijeron fuentes diplomáticas.
El gobierno de Maduro, que niega que Venezuela esté atravesando una crisis humanitaria, atribuye la crisis económica a las sanciones económicas aplicadas por Estados Unidos contra funcionarios y entidades venezolanas, a las que acusa de corrupción y narcotráfico.
“Un factor determinante de estas migraciones es la campaña de agresiones del gobierno de Estados Unidos que tienen por objeto destruir la capacidad de nuestro Estado para atender las necesidades de nuestros ciudadanos”, dijo el embajador venezolano Samuel Moncada.
“Es la guerra por medios económicos”, apuntó en un largo discurso.
Durante la sesión, Moncada también dio a conocer una entrevista radial presuntamente concedida en Miami por el embajador estadounidense ante la OEA, Carlos Trujillo, a quien atribuyó buscar “la guerra entre hermanos latinoamericanos”.
“Escalando su agresión, pidió el uso de la fuerza militar contra Venezuela, por parte de Brasil, Chile, Colombia y Perú. Les advirtió a esos países que tenían que tomar una ‘decisión difícil’”, dijo Moncada.
Trujillo no estuvo presente en la reunión, pero el representante permanente adjunto de Estados Unidos ante la OEA, Alexis Ludwig, respondió con una breve intervención.
“Esa retórica es el mismo intento desesperado de negar la innegable realidad de la severa magnitud del impacto de la crisis en Venezuela y ahora más allá”, dijo, afirmando el compromiso de su país de seguir trabajando con socios en la región para “mitigar el sufrimiento” de los venezolanos.
Consultado sobre las declaraciones de Moncada, Almagro negó que hubiera refutado los argumentos o cifras presentadas en la sesión.
“Lo único que debo reconcerle es su gentileza, porque le permitió participar al embajador Trujillo que no estaba presente”, dijo.